Alberto: “Lafinur se convirtió en un soldado de las ideas”

Juan Crisóstomo Lafinur 1797 -1824, poeta, filósofo, publicista y patriota”. Así lo define la placa que está al inicio de la calle que lleva su nombre en Buenos Aires y de la misma forma eligió recordarlo Alberto Rodríguez Saá en la Feria del Libro de San Francisco ayer a la tarde. El ex gobernador fue invitado a disertar sobre el célebre escritor en la última jornada de la muestra.

"Lafinur fue el primer hombre de la Argentina que secularizó el aula”. Alberto Rodríguez Saá

Con el salón de actos de la escuela Domingo Faustino Sarmiento completo, recorrió su vida, desde la niñez puntana hasta su muerte en Chile y resaltó su aporte a la Revolución de Mayo, su talento como poeta y sus ideas renovadoras y poco aceptadas en la época en materia de educación.
La conferencia de Rodríguez Saá, al igual que la vida de Lafinur, arrancó en La Carolina, donde los padres de Juan Crisóstomo, Luis y Bibiana, se asentaron como consecuencia de la fiebre del oro.
Tuvieron 4 hijos y unos 10 años después partieron a Córdoba. Pero para el ex mandatario, la estadía en San Luis dejó su huella en el escritor. “Lo marcó profundamente e hizo nacer su vocación poética, como inspiración del paisaje local, que como es serrano, va cambiando constantemente”, dijo.
Del paso del puntano por la provincia vecina, Rodríguez Saá rescató la firme convicción que le surgió por la Revolución de Mayo. Tanto que lo transformó en un defensor de la formación de un gobierno integrado por criollos y hasta lo enfrentó a su padre y lo obligó a irse de su casa y refugiarse en el Colegio Monserrat, de donde poco tiempo después también lo echaron por su forma de pensar.
También recordó que su interés por la filosofía nació cuando batallaba en el Ejército del Norte. Y es que Manuel Belgrano había llevado a Dauxión Lavaisse para armar la Academia de Matemática y formar a sus hombres. Pero el militar francés trajo en su bolso algunos libros de los pensadores posteriores a la Revolución Francesa y los compartió con el joven de La Carolina.
“Lafinur se convirtió en un soldado de las ideas”, aseguró Rodríguez Saá, cuando comentó que el puntano dejó su puesto en el ejército a pedido de San Martín, quien le indicó que regresara a Buenos Aires a pregonar la importancia de la Gesta de Mayo. La pasión le fluye al ex gobernador cuando habla de Juan Crisóstomo. Y no es para menos. Vivió sólo 27 años, pero nadie puede decir que no los aprovechó: se radicó en varias provincias, tuvo diferentes profesiones, no dejó de estudiar nunca (y hasta se recibió de abogado en Chile en tres meses) y dejó una marca indeleble en la literatura local y el pensamiento mundial, ya que es uno de los cinco pensadores argentinos reconocidos por el Diccionario filosófico de Ferrater Mora.
“Es el primer hombre en el país que secularizó el aula”, afirmó Rodríguez Saá, ya que Lafinur se negó a colocarse la sotana (que era símbolo de la preponderancia de la Iglesia) cuando asumió su cátedra en el colegio Unión del Sud,  que es el actual Nacional de Buenos Aires. En la disertación del ex mandatario, también aparecieron las ideas de la educación pública y gratuita que tenía “el hijo de La Carolina” y su parentesco con el escritor Jorge Luis Borges, que era sobrino bisnieto del puntano, le dedicó un poema y lo recordaba siempre.
Un punto para San Francisco
Rodríguez Saá reconoció que la feria de la localidad fue un éxito y destacó que esperaba que sus organizadores ya debían comenzar a pensar en la tercera edición “porque la continuidad es fundamental”.
“El libro es la expresión del pensamiento y la palabra escrita tiene un prestigio enorme”, dijo. Y no se olvidó de incluir las nuevas tecnologías en el análisis literario, ya que aseguró que al “bucear” en Internet pueden encontrarse bibliotecas más grandes que la de Alejandría y muchas veces, sin costo, lo que permite un acceso masivo.