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La siembra tuvo un arranque prometedor

Por redacción
| 30 de noviembre de 2014

Las precipitaciones de la semana pasada sobre más de treinta localidades ubicadas en zonas agrícolas fueron el empujoncito que hacía falta para poner a rodar los tractores y darle ritmo a la campaña gruesa. El avance más significativo hasta ahora fue en campos del centro de la Provincia, donde los perfiles cuentan con una humedad óptima tanto en su nivel profundo como en el superficial y, en menor medida, en la zona cultivable del Valle del Conlara. Para conocer los avances, revista El Campo consultó a Ramiro Goncalvez, asesor de campos dentro del triángulo formado por El Amparo, Fraga y Charco de los Perros (entre El Zapallar y Buena Vista); y a Marcelo Bongiovanni, quien trabaja en campos del noreste de la provincia. 

 

El especialista Ramiro Goncálvez dijo que aparecerán manchones grandes en campos que no pudieron controlar las malezas a tiempo y esto puede postergar la siembra.


El Amparo, La Cumbre, La Petra y Cuatro Esquinas

 


Caracterizada por un generoso régimen de lluvias, esta zona ya había llegado al inicio de la campaña con muy buena humedad en sus perfiles (llenos hasta los dos metros de profundidad), en aquellos lotes que fueron previamente barbechados. Es por esto que el 60% del maíz de primera ya fue sembrado y a la fecha presenta un alto grado de avance, con plantas de dos y tres hojas, al igual que la soja temprana, que ya cubrió un 50% del área prevista.

 


En esta zona la relación suele ubicarse en un 70% de maíces tempranos y un 30% de tardíos, debido a la mayor humedad y al uso de la siembra directa, que evita la evapotranspiración. Las últimas precipitaciones de la semana pasada -40 milímetros en promedio, dependiendo de la región- aportaron la humedad superficial necesaria para poner en marcha los tractores otra vez.  

 


En cuanto a las malezas, Goncalvez advirtió que por primera vez este año aparecerán manchones grandes de rama negra en aquellos lotes que no hayan podido controlarla a tiempo, lo que puede postergar por algunos días la siembra. 

 


“Con una rama negra ya florecida, el tratamiento tiene un costo de entre 30 y 40 dólares por aplicación más IVA”, puntualizó el asesor privado, y dijo que quienes optan por el laboreo no calculan el “costo real” del trabajo, ya que por lo general son ellos mismos los que realizan la labranza, sino sólo el gasto de combustible; en consecuencia, puede resultar más barato, en función de cómo se saquen los números.

 


“La efectividad de esta técnica frente al control químico es tema de discusión -opinó Goncalvez-. Quizá la mejor recomendación sería atacar las malezas temprano con químicos y respetar los tiempos de barbechado (el primero en agosto y el segundo en setiembre)”. Y recordó: “El momento ideal para controlar una maleza es cuando tiene el tamaño de una tapita de gaseosa, entre dos y tres centímetros de alto y unos cuatro centímetros de diámetro. De hecho, los herbicidas vienen formulados para ese tamaño y no para una planta de 20 centímetros”.

 



Eleodoro Lobos, Granville y Fraga

 


Dotada de un menor potencial agrícola, esta zona tiene una marcada tendencia a preferir los maíces tardíos, ya que sólo el 20 o 30% son sembrados temprano. Entre estos últimos, sin embargo, ya hay lotes con plantas de dos y tres hojas. Al igual que en El Amparo, las últimas lluvias motorizaron la implantación de un maíz semitardío.

 


Aunque sin problemas importantes de malezas, en estos campos fueron detectados ataques puntuales del temido gusano cogollero, que aparte de exfoliación ocasiona pérdida de plantas. “El tratamiento recomendado es con plaguicidas, y siempre por la tarde, que es el momento en el que la isoca entra en actividad”, explicó el asesor privado.

 


La siembra de la oleaginosa, por lo general de grupos 4,5 y 5,5, marcha a buen ritmo en estos parajes sureños. Antes de las últimas lluvias, la cobertura había alcanzado ya un 40% del área prevista, cuando se detuvo por falta de humedad superficial (en los primeros 15 centímetros).

 


Para aquellos lotes aún no beneficiados por las precipitaciones, las fechas de siembra límite oscilan entre el 5 y 10 de diciembre; de ahí en adelante, según recordó Goncalvez, existen riesgos cada vez mayores de verse afectados por heladas tempranas. 

 


Otra característica de esta campaña es que algunos productores han comenzado a recurrir a hijos de híbridos, que tienen, como principal desventaja una marcada pérdida de rendimiento y un resentimiento de la calidad. “Y al bajar tanto la calidad también perdés cobertura de suelo, con todo el perjuicio que eso significa para los cultivos posteriores”, indicó el técnico.

 


En relación a la distancia entre surcos, Goncalvez recordó que para la oleaginosa sembrada antes de la primera semana de noviembre los surcos deben ser estrechos, con una distancia ideal de 25 centímetros. Durante mediados de noviembre, es posible sembrar entre 42 y 52 centímetros, y una vez llegados a fines de noviembre conviene volver a estrechar los surcos. Y es que por sus características biológicas la soja tiene una fuerte sensibilidad al fotoperíodo, es decir, a la cantidad de luz del sol. A medida que se acortan los días, a partir del 21 de diciembre, el reloj biológico de la planta le indica que tiene que florecer. Así que mientras más días haya entre la siembra y esta fecha, mayor desarrollo tendrá la planta, aunque por otro lado, en octubre existe el inconveniente de que la temperatura no es tan alta, que es otro de los requerimientos de este cultivo.

 


 “El acortamiento de los días da como resultado una planta chiquita y petisa, por eso es que se siembra en noviembre”, indicó. “Otro escenario a tener en cuenta es que si sembramos en octubre vamos a llegar con una planta muy desarrollada y con mucha demanda hídrica en enero, que es cuando menor oferta de lluvia tenemos”. Por eso, en este sentido el asesor recomendó buscar el equilibrio.
En Charco de los Perros y zonas aledañas, el área del triángulo menos beneficiada por las lluvias, solo se siembra maíz tardío y soja de ciclo corto, aunque Goncalvez señaló que en algunos lotes se está implantando algo de sorgo forrajero. 

 



Valle del Conlara

 


Tal como había sido previsto al inicio de la campaña, la zona agrícola del Valle, con una extensión total de 90.000 hectáreas, perderá un 20% de su superficie apta para cultivos debido a la gran cantidad de lotes que quedaron sin alquilar, en su mayoría en la zona de Tilisarao. “Estos números son casi definitivos, porque si no fueron pulverizados en su momento no van a servir para la siembra”, opinó Marcelo Bongiovanni, asesor de campos en esta región.

 


De acuerdo al técnico, el avance de la siembra del cereal apenas llega a un 7 u 8% de la superficie total, con algunos lotes implantados con maíz temprano entre La Toma y el sur de Naschel. En cuanto a la soja, hasta hace unos días no superaba el 5% de la superficie destinada al cultivo. La razón del atraso es la falta de agua superficial en los lotes, provocada por el exceso de viento y las altas temperaturas que resecan el ambiente.

 


De darse las condiciones apropiadas, en los próximos días arrancaría primero la siembra de soja (grupos de madurez 4), cuya fecha está prevista para el fin de noviembre, y seguiría después en diciembre con el maíz.

 


“Si se atrasa mucho la fecha de siembra y hay que llegar hasta diciembre, por falta de lluvias van a tener que cambiar los grupos. El problema es que es algo difícil de hacer, porque el productor ya tiene las semillas compradas”, observó Bongiovanni.

 


En este sentido, el asesor constató que por día de atraso en la fecha de siembra se pierden entre 20 y 30 kilos de rendimiento, además del riesgo de sufrir las heladas tempranas que pueden afectar a los cultivos durante la etapa final de llenado de granos. “Indudablemente, esto genera un grano más liviano, que puede tener problemas también en cuanto a la calidad final”. En la zona, este fenómeno climático suele llegar entre el 10 y 15 de abril, con un margen de atraso o adelanto de unos quince días.

 


Los únicos lotes hasta el momento implantados son aquellos ubicados en la zona de Naschel y La Punilla, que recibieron aguaceros más frecuentes. El problema del resto de la zona del Valle fue que, antes de lluvias de la semana pasada, las últimas precipitaciones habían sido el 4 de octubre, cuando llovieron 60 milímetros.

 


En cuanto a las malezas, el asesor señaló que hubo problemas sobre todo en los lotes que comenzaron tarde con las pulverizaciones y sin barbecho a final del invierno y de la primavera, los cuales quedaron infestados con malezas duras como la rama negra.

 


“En la actualidad, ésta es la maleza más complicada en lotes sin barbecho. Al no haberla tratado cuando estaba en estado de roseta, cuando el procesamiento con químicos es más eficiente, ahora ya es más difícil por su tamaño, lo que obliga a los productores a realizar una fuerte inversión para poder controlarla”, observó Bongiovanni.

 


El asesor contó que en algunos lotes puntuales muy problemáticos, donde la densidad de malezas es muy alta, los productores optaron por arar la tierra con disco, ya que su costo es inferior al del control químico.

 


“No son la mayoría, sino un 20 por ciento aproximadamente donde hemos visto casos puntuales. La labranza es un poco más económica y te asegurás el control. Con los químicos, todo depende de cómo esté de crecida la maleza para poder frenarla. Porque en el caso de una maleza muy grande, como la rama negra, no la podés matar de una sola vez, hay que hacer el llamado doble golpe para poder quemarla definitivamente, es decir, aplicar una dosis alta de Glifosato o 2-4D por ejemplo, y a los poquitos días, agregar un desecante para quemarla. Y ahí los números se te van lejos”, expresó. Aunque aclaró que la mayoría de los potreros están bien manejados y no tuvieron que llegar a tal extremo.

 


“Según mis cálculos, habrá un 50% de maíz, pero con una baja en la tecnología y mucho hijo de híbrido (del maíz sembrado, el 80% será de esta especie), con lo que el rendimiento caerá a la mitad. Tampoco se va a fertilizar, o se hará en muy pocos lotes. Un 45% del área será sembrada con soja y el resto con sorgo granífero, que siempre tuvo un 4% del total, pero que este año es probable que disminuya, junto con otros cultivos alternativos”, mensuró.

 


Bongiovanni volvió a ratificar un viraje de algunos lotes agrícolas hacia la ganadería. Sin embargo, señaló que no es un cambio sencillo, ya que muchos de esos campos fueron desarmados y hoy no cuentan con alambradas y aguadas, y es necesaria la inversión de infraestructura casi completa. “Por otro lado, desde el punto de vista económico, tampoco están claras las reglas sobre el futuro de la actividad, y es algo delicado, ya que la ganadería siempre hay que pensarla a largo plazo”, opinó.

 


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