El garbanzo es una leguminosa dócil, rentable y que viaja al exterior

En Quines, Candelaria y Luján están a punto comenzar con la siembra de garbanzo. “Históricamente la superficie de siembra en el norte de San Luis ronda entre las 500 y 600 hectáreas. Para esta campaña no sabemos todavía cuánto se va a sembrar, ese dato lo tendremos en un par de meses. Pero en algunos ciclos se siembra más y en otros un poco menos pero ese sería un promedio”, explicó el ingeniero agrónomo, Fernando Orecchia, que asesora campos del norte provincial.

El garbanzo como alternativa, es un cultivo de invierno, “teniendo en cuenta los desafíos que están afrontando los productores, por lo menos en la zona en la que me muevo. La siembra de esta leguminosa se hace desde el año 2009-2010 en la provincia, es decir hace más de 20 años se produce. De hecho hay una planta de proceso de garbanzo en la localidad de Quines, que clasifica los granos de la leguminosa por tamaño y calidad. Después se embolsa para su posterior comercialización”, dijo Orecchia.

El especialista aseguró que un dato muy importante para remarcar es que el 95 por ciento de los garbanzos que se producen en San Luis se exportan y solo el 5 por ciento se vuelca en el mercado local. “No es muy consumido, pero algo siempre hay cuando uno va al supermercado. Es una legumbre que no se elige como un alimento principal, porque generalmente en la alimentación la cuota de proteína nos la da la carne, o por lo menos el argentino lo hace en cantidad. Cuando uno se mueve en países limítrofes, de la comunidad europea, o de las regiones árabes, es muy notorio que el consumo de garbanzo se masifica”, aseguró, y agregó que “sin ir más lejos gran parte de la producción va a parar a Chile o a Brasil, dos países que consumen mucho más garbanzos que nosotros. En las últimas ventas que hemos efectuado, la producción llegó directo a Italia, y también a algunos de los países árabes. Sobre todo la comida árabe incluye mucho el garbanzo”.

El departamento Ayacucho tiene características climáticas que lo hacen ideal para este tipo de producción. “Porque al ser un grano de consumo directo y un grano de alto nivel proteico, la calidad es determinante para la comercialización, calidad en cuanto al tamaño del grano por un lado y por otro lado, en la coloración se busca que sea uniforme, con buena tonalidad. A ambos atributos los proporcionan la condición climática cálida y las pocas precipitaciones. Al ser un cultivo de invierno y estar en una zona donde no tenemos precipitaciones, sí o sí necesitamos del riego para poder darle al cultivo el agua que necesita durante todo el periodo vegetativo”, explicó Orecchia.

El período de siembra de la leguminosa comienza entre fines de mayo y principios de junio, por estos días en el norte provincial están en plena implantación. El cultivo se desarrolla vegetativamente hasta la primavera. Es en esa etapa justamente en la que la planta necesita agua, “en ese momento florece, fructifica y se cosecha hacia fines de noviembre, principios de diciembre”, especificó.

Si se compara al garbanzo con otro cultivo de esta época del año se puede decir que tiene un ciclo similar al del trigo, “que no es un competidor, sino que es más bien una alternativa al cultivo de trigo. Cada uno tiene sus ventajas y sus desventajas en la producción. Ambos se complementan”.

Orecchia afirmó que el cultivo de garbanzo no va a reemplazar nunca al de trigo. “En lo que se refiere a la calidad, en todo lo que respecta a la conservación del suelo, el cultivo de trigo tiene un sistema radicular que favorece la fertilidad física del suelo, lo mejora por la porosidad que genera, por la cobertura que deja después de una cosecha, es decir que es un cultivo muy importante en la rotación”. En cambio el garbanzo es un cultivo más rastrero, más pequeño, que deja menos cobertura, entonces sirve de complemento.

La pregunta que surge es cuáles son las ventajas de producir garbanzo. Una de ellas consiste en los costos, en relación al trigo se invierte la mitad de dinero. “Esto se debe principalmente a dos variables: la cantidad de agua que necesita el trigo y la fertilización. El riego últimamente ha pasado a ser una variable muy significativa en los costos de producción en el norte de San Luis porque venimos afrontando una condición seca o de bajas precipitaciones, altas temperaturas, de demanda ambiental y aumento en las tarifas de consumo de energía. La mayoría del riego del norte de San Luis se hace por bombeo de napas y el riego implica un costo. Cuando hablamos de un cultivo como el garbanzo se necesita la mitad de riego, esto tiene un alto impacto en los costos de producción”.

Otro aspecto que mencionó Fernando Orecchia es la fertilización del suelo, “que en el norte de la provincia es bastante arenoso, por eso requiere un aporte para lograr una mejor producción. El garbanzo, como todas las leguminosas, tiene la capacidad de fijar el nitrógeno que hay en el aire mediante una asociación simbiótica con unas bacterias. Eso hace que fije el nitrógeno del aire y no tengamos costos de la fertilización. Esta también es una variable de alto impacto en los costos porque se produce a menor valor un grano que se vende mejor”.

El especialista aseguró que ese aspecto también tiene un impacto en la comercialización, porque “con la suba de los combustibles, al transportar un producto de mayor valor, el flete se diluye más, se extrae más volumen de menor valor. Y en el caso del garbanzo estamos hablando de que puede venderse entre tres y cuatro veces por arriba del precio de la tonelada en relación al trigo”.

El ingeniero agrónomo dijo que el garbanzo no reemplaza al trigo en la rotación, sino que lo complementa, “porque si el cultivo anterior fue papa, maní o algodón, que son de verano, por una cuestión de sustentabilidad y rotación, es mejor entrar a trigo. Si salgo de un cultivo de maíz temprano, que ya es una gramínea, un sorgo, alguna soja, posiblemente el garbanzo entre mejor en esa rotación”, dijo Orecchia, y añadió que “por ejemplo, en los campos donde yo estoy trabajando, en todos se hace trigo y se hace garbanzo también. No es que se hace uno o el otro. Se eligen los lotes y se le da destino en función de cómo viene en rotación. Y posiblemente el cultivo que un invierno tuvo garbanzo, el año siguiente tenga trigo. Para un manejo más sustentable”.

En superficie, “de toda la siembra de invierno el cultivo de garbanzo no supera más de un 5 o 10 por ciento. Es mucho menos que lo que se utiliza para desarrollar eltrigo. Por la necesidad en la rotación, como en verano se hace mucho algodón, maní, papa, sí o sí necesito ir con una graminea después”, puntualizó el especialista.

Complemento para alimentación animal

El garbanzo también sirve para forraje, como suplementación de proteína para alimentar a los animales. “En este aspecto vamos a lo que es la etapa de proceso. Cuando el garbanzo sale del campo, va a la planta en la que se procesa, de la empresa Sistema de Riego S.A. Ahí clasifican el grano por tamaño y después pasa por una máquina colorimétrica que separa lo que están de color distinto. Todo el descarte que no tiene el color aceptable va a consumo animal, con alta proteína. Es muy demandado. En cambio el grano que está partido va a lo que es producción de harina de garbanzo”, contó Orecchia.

Por esta clasificación es que la leguminosa puede ser calibre 9, 8 y 7. “El que logramos nosotros se comercializa como grano entero para el consumo directo. Todo el descarte va a consumo animal. Se aprovecha absolutamente todo”, afirmó Orecchia.

Fenómenos extremos

La principal condición ambiental que puede afectar al cultivo son las heladas tardías: “Son las que vienen fuera de la fecha normal, que sería desde mediados de septiembre en adelante. Cuando el cultivo está en estado vegetativo no tiene problemas, tolera esas temperaturas. Desde la floración en adelante y en la formación de cascabullos, que es la vaina en la que se genera el grano. Es el periodo más sensible del cultivo”, dijo el especialista.

Orecchia también indicó que, respecto de las condiciones ambientales en los últimos años, los eventos climáticos son cada vez más frecuentes y extremos. “Estamos luchando  contra eso, no es simple, pero tenemos condiciones de altísimas temperaturas, heladas fuera de época, todo muy extremo y más frecuente. Nadie sabe a ciencia cierta si el cambio climático es un fenómeno, porque ha habido cambios climáticos en la historia, y cuánto se debe a toda la contaminación o al efecto del ser humano y cuánto se debe a lo natural. Pero el cambio climático es una realidad”, aseveró el ingeniero.

Es importante remarcar la importancia que tiene este cultivo que se produce a menor costo y de mayor valor, que es proteico, que podría ser un sustituto para la carne. “Es difícil que el argentino sustituya un asado por un garbanzo, pero es interesante saber que se puede reemplazar parte de toda la ingesta diaria con un cultivo tan especial como este. Que además se exporta, lo que genera riquezas al país. Y cuya parte del proceso y de la primera cadena industrial, como la clasificación, la limpieza, se hace en San Luis. Desde acá ya salen bolsas empaquetadas, entonces se genera trabajo genuino”, opinó.

Con el inicio de siembra de manera inminente, este cultivo estará listo para cosechar a fines de noviembre, principio de diciembre. “En ese momento la atención se dirige a la planta de proceso, en diciembre, enero y febrero, estamos procesando de lleno en la planta”, indicó.