Luego de que un grupo de guerrilleros talibanes perpetraran una masacre en una escuela militar de Peshawar, Pakistán, las autoridades de ese país restablecieron la pena de muerte para casos de “terrorismo”.
Así lo anunció este miércoles el primer ministro pakistaní, Nawaz Sharif, tan sólo un día después de que diez extremistas disfrazados de militares irrumpieran violentamente a los tiros en el colegio, un ataque que se extendió por ocho horas y que según los últimos conteos dejó al menos 148 muertos, de los cuales 132 fueron niños y adolescentes que estudiaban en la institución.
Aunque en Pakistán las condenas a muerte son aplicadas con cierta regularidad, desde el 2008 que no se realizaban ejecuciones, a excepción de un solo caso sucedido hace dos años, ordenado por un tribunal marcial.
Por la masacre, en el país de medio oriente decretaron tres días de luto a partir del martes, que incluyeron vigilias en las principales ciudades del país.
El ataque de este martes fue reivindicado por el Movimiento Talibanes de Pakistán, en represalia a la ofensiva militar que lanzaron en su contra hace seis meses en Waziristán del Norte, cerca de la frontera afgana.
“Queremos hacerles vivir el sufrimiento terrible de que les maten a un ser querido. Sus familias deberán llorar a sus muertos, como nosotros lo hemos hecho”, afirmó un portavoz del grupo extremista, Muhamad Khurasani.
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