15°SAN LUIS - Martes 14 de Mayo de 2024

15°SAN LUIS - Martes 14 de Mayo de 2024

EN VIVO

Carnaval toda la vida: San Luis se prepara para volver a sambar

Por redacción
| 16 de febrero de 2014

 

El samba carioca, que es el que se exporta al mundo y también se conoce como "samba enredo", es distinto al bahiano, que es el más antiguo, o el de San Pablo. "Hay una rivalidad como la de River y Boca", ejemplificaron.


El Carnaval de Río no son sólo esos tres días en los que el sambódromo de Potrero de los Funes vibrará al compás de la música y la sensualidad que vienen de Brasil. La movida laboral, organizativa y cultural es mucho más amplia, ocupa casi todo el año para que finalmente todo brille en esas noches inolvidables que ponen a San Luis en el mapa del turismo como nunca antes de estos últimos cinco años.

 


Hoy la provincia, históricamente relacionada a la tonada, también baila al ritmo del samba. Lo adoptaron primero los jóvenes, más permeables a los cambios, ágiles, despiertos, embelesados por ese ritmo infernal, no exento de sensualidad, que le ponen los brasileños. Pero ya trascendió la frontera de las edades y hoy lo bailan, y lo quieren aprender, sanluiseños de todas las generaciones y franjas sociales. El samba es furor y todos quieren darse el gusto de desfilar por la recta principal del autódromo durante marzo.

 


Desde julio funcionan en San Luis y Villa Mercedes los talleres de samba. No es el primer año, la preparación venía de ediciones anteriores, pero ahora la responsabilidad es mayor porque la Escuela de Samba Sierras del Carnaval, enteramente local, tendrá su bautismo de fuego durante la gran fiesta que se vivirá del 21 al 23 de marzo. Una comparsa completa, con 1.200 integrantes entre bailarines y percusionistas. Un 40% tenía experiencia previa, el resto se fue sumando.

 


Entonces hubo que tomar muy en serio la capacitación y los ensayos. Dos veces por semana en cada localidad, durante dos horas, los aspirantes a pasistas le ponen el corazón a las prácticas. El Diario compartió una jornada de samba puntana en Guay Curú y pudo comprobar el amor que le ponen los inscriptos a lo que hacen. Son inmensa mayoría de mujeres y apenas unos poquitos valientes de sexo masculino, que incluso deben ignorar alguna mirada con sorna de quienes acaban de terminar el entrenamiento de básquet. Pero ellos van al frente contra los prejuicios. “El que se ríe de estos muchachos no sabe cómo es la historia. En Brasil a quienes samban se los conoce como ‘malandros’, gente bien macha, de físicos espectaculares, que seducen con los movimientos. En la Argentina hay una imagen distorsionada de los bailarines”, cuenta Víctor Ayala, jefe de Logística Integral del Carnaval de Río en San Luis.

 


El samba iguala como pocas actividades, ya que pueden bailar las gorditas, las petisas y las entradas en años, quienes incluso tienen un espacio ideal en lo que se conoce como “las bahianas”, un grupo que expresa un significado especial, enraizado con la historia de Brasil, sus años de esclavitud y su religión. “Las bahianas son mujeres mayores porque eran las que resguardaban a los jóvenes que bailaban en carnaval en las épocas de dictadura en Brasil, los escondían en sus casas, eran la última reserva de la cultura popular”, amplía Ayala, ya todo un especialista en tradiciones del país vecino.

 


Williams Oliveira, uno de los brasileños que trabaja en la confección de los trajes del Carnaval, amplió el significado que tienen las bahianas dentro de las escuelas de samba: “Eran esclavas que llegaron del norte a Río de Janeiro, por sus condiciones espirituales se convirtieron en una especie de sacerdotisas, muy seguidas por la población humilde. El Carnaval les rinde su homenaje porque hicieron mucho por el pueblo brasileño”. Para quienes vayan a Potrero en marzo, va una descripción: son todas señoras mayores, con trajes de enormes polleras acampanadas gracias a estructuras de alambre, que bailan haciendo algunos giros suaves y van saludando al público con delicadeza. Habrá brasileñas y ahora también puntanas.

 


Las bahianas en cuestión practican bajo el cesto que da a la entrada del club, sobre calle General Paz. En el medio, la multitud de pasistas divididos en filas, todos mirando al frente. Y bajo el otro aro están las parejas que conforman las porta bandera (todas mujeres, llevarán enseñas de los municipios de San Luis) con los mestre sala (hombres). Ellos practican su coreografía casi sin escucharse, porque lo que suena es el samba para los demás. Pero la tienen clara, sobre todo la pareja que está al frente que a pesar de que da la espalda, sabe que las demás siguen sus movimientos. Algunos son matrimonios, otros conforman parejas de ocasión, incluso con grandes diferencias de edades. Pero todos le ponen la mejor onda, algo encomiable si se tiene en cuenta que vienen de largas jornadas laborales, que tienen hijos que esperan por la cena y no van a terminar antes de las diez de la noche.

 


El ambiente es distendido, pero hay reglas que cumplir. La primera es dar el presente ante los coordinadores, que llevan una planilla puntillosa en las que marcan las A y las P que luego determinarán quiénes están en condiciones de participar del desfile. Como Sierras del Carnaval es una escuela inclusiva, todos pueden bailar, incluso se sigue anotando gente. Ni siquiera importa que algunos tengan más claros los pasos que otros, sí importa asistir con regularidad, porque es una forma de respetar a los que cumplen.

 


Los profes tratan a todos por igual, se divierten con la variopinta troupe de bailarines y mantienen el ánimo en alto durante toda la clase. Eso sí, no perdonan distracciones, exigen atención y van corrigiendo las posturas y los pasos todo el tiempo. Camila Partenza, la reina de la batería que ahora también será de toda la escuela, despierta la envidia de todos de frente a los bailarines. Muestra la coreografía con su cuerpo escultural y unos movimientos únicos, en los que la cintura parece una parte independiente del tronco y las piernas. Cuesta seguirle el ritmo y a nadie le sale igual, como es lógico.

 


Su compañero Juan Roldán se entremezcla entre las filas, enseña cara a cara, corre algún pie, toma alguna cintura o pide que copien sus movimientos como en un espejo. El ritmo es fuerte, la música suena a todo volumen y el calor aprieta bajo el tinglado de la cancha de básquet, pero nadie pide tregua. El Carnaval está a la vuelta de la esquina y hay que aceitar los movimientos, no queda otra.

 

 


Son muchas las que tiran a un costado ojotas, sandalias y zapatos y aprovechan el flamante piso flotante para bailar descalzas. “A sambar, más rápido”, pide Camila; y la multitud obedece en la medida de sus posibilidades. Lo más difícil parece ser ese agitado baile en puntas de pie, cruzando rodillas y brazos a un ritmo enloquecedor mientras la música empuja. Otras partes de la coreografía son más tranquilas, obligan a algunos giros del torso y a movimientos de las manos. Todo parece ir bien según los rostros de conformidad que muestran los profes.

 


LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo