Rosa Romero y su hijo Emanuel no quisieron declarar ayer ante la jueza Carina Gregoraschuk. Pero a sus abogados les “dieron a entender que se defendieron”, reveló después de la audiencia uno de sus dos defensores, Alfredo García Garro.
Rodríguez se entregaría por que la herida de bala que tiene en la pierna se le ha infectado y necesita asistencia médica.
Ese comentario que les hicieron a sus abogados es acorde con lo que ya había dicho Rosa, de 40 años, cuando dio una declaración informativa ante la Policía: que Rubén Ismael Morcón, el joven al que asesinaron a golpes en la cabeza, había entrado a su casa del barrio 1º de Mayo con un revólver en la mano y por eso lo habían agredido.
Morcón, vecino de la manzana U, entró a la casa de Romero, la número 2 de la manzana P, para recuperar su moto Maverick 110 que acababan de robarle, mientras él tomaba unos tragos con unos amigos, en una vivienda del barrio V Centenario, ubicada a una cuadra.
La teoría de que Romero, su hijo de 18 años y el tercer acusado, Marcelo “Cara de tabla” Rodríguez –actualmente prófugo– actuaron “en legítima defensa” no tiene mucho sustento, según los testimonios recogidos por la Policía.
Para empezar, un amigo de Ismael, un chico de 15 años llamado “Tomy”, declaró que cuando él entró a la casa de Rosa, detrás de Morcón, vio a “Cara de tabla” empuñando un arma. “El menor dice que Rodríguez disparó hacia el piso, en dirección a donde estaba Morcón”, relató ayer el jefe de la Comisaría 4ª, comisario Ramón Domínguez.
“Y en el patio recogimos un plomo calibre 22”, agregó.
Rodríguez, que ayer era rastreado por policías de la Seccional 4ª, Investigaciones, Homicidios y el departamento Informaciones, tiene un balazo en una pierna. Se lo pegó él mismo, sin querer, cuando saltó una medianera para escapar, después de dispararle y golpear a Morcón, aseguró el amigo de la víctima.
La búsqueda está orientada en especial a dos barrios de la zona oeste de la ciudad, donde el prófugo tiene familiares que podrían brindarle “aguantadero”, reveló anoche el comisario Domínguez.
Otra fuente de la investigación confió que Rodríguez, de 18 años, podría entregarse a la Justicia en las próximas horas, acompañado por un abogado.
No es el único involucrado en el caso que quiso escurrírseles a los investigadores. El martes, mientras la Policía hacía una inspección ocular en la casa de Romero, un chico de 15 años que habría participado en el robo de la moto de Morcón quiso escapar del barrio. “Cabeza de tarro” –con ese apodo lo identifican en el vecindario– iba con un bolsito de viaje al hombro, por el parque industrial, cuando lo interceptaron policías de la 4ª.
Rosa Romero y su hijo de 18 años también lo intentaron. El miércoles a la madrugada llegaron a la terminal de ómnibus, decididos a tomar algún colectivo que los sacara de la ciudad. La Policía no sabe a dónde pensaban ir, pero cree que buscarían ocultarse en la zona rural. En la estación de interconexión regional los detuvieron.
Ayer los dos fueron imputados por “Homicidio simple”.


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