A la espera del próximo fin de semana largo (1, 2, 3 y 4 de mayo), Merlo promedió un 85 por ciento de ocupación turística. Lo que si bien indica quince puntos menos que el año pasado, también podría leerse como una consecuencia de la cantidad de feriados. De esta manera, el Municipio confía en mantener o superar esa marca para los primeros días del mes que viene, para así compensar el último índice de Semana Santa.
“Pero estuvo más que bien, teniendo en cuenta la cantidad de feriados. Ahora llega otro fin de semana largo, y ya tenemos muchas reservas”, evaluó el secretario de Turismo, Miguel González.
Contra varios pronósticos, las familias recién empezaron a llenar las calles de la villa el viernes por la tarde. Y un reflejo de tal ocupación, además de las estaciones de servicio, los restaurantes y las casas de artesanías, lo marcó el arroyo de Pasos Malos.
Entre sus pequeñas cascadas, los chivitos a la parrilla y la venta de piedras energéticas del puesto de Mónica Calle y Juan Carlos Cerilli, el atractivo natural encantó a la visita.
"Andrés Candela llegó de Buenos Aires con su hija Delfina y el caniche Rony. Y en medio del agua, el padre afirmó estar en la gloria: "Esto es increíble. Nosotros allá, para entrar en contacto con la naturaleza, tenemos que hacer por lo menos 700 kilómetros. Nos vamos muy contentos", expresó Candela.
En otro pozo, un matrimonio de Rosario estira las piernas y camina descalzo, como en las mejores playas de Ibiza.
"Vinimos porque tenemos una amiga en Carpintería, y lo teníamos como una cuenta pendiente. La verdad que es espectacular", dijo Ana Chaves. Mientras las familias de Santa Fe, Rodríguez, Delprete y Valoppi contaron que decidieron volver a la villa por la buena combinación entre microclima, tranquilidad, seguridad y belleza, cuatro elementos que la comuna serrana volverá a poner en juego cuando parte del país, en menos de dos semanas, salga nuevamente a pasar unas mini vacaciones.
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