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Proliferan los basurales en distintos puntos de la ciudad

Por redacción
| 23 de abril de 2014
Frente al barrio Faecap, el basural se extiende en un frente de unos 50 metros, sobre la ruta nº 147. | Foto: Marina Balbo

Una simple recorrida por distintos puntos de la ciudad de San Luis deja al descubierto que la suciedad ocupa cada vez más espacios. Así lo constató ayer El Diario de la República, que comprobó que proliferan los basurales en la capital puntana. Aseguran que las autoridades no atienden el problema.
Uno de los vertederos está en el margen sur del barrio Los Vagones, a la vera de la avenida Santos Ortiz. A casi 200 metros de la Escuela Experimental Nº 133 "Luis Fray Amigó", sobre la calle Raúl Alfonsín, se divisa un rejunte de desperdicios de todo tipo, que va de colchones viejos hasta ropa y residuos domiciliarios. 
Otros 20 metros hacia el este, hay otro micro basural que se combina con el agua que corre calle abajo y que proviene de un caño roto con pérdidas de hace más de dos semanas. Acorde a las leyes de la física, el cauce arrastra los desechos que se cruzan en su trayecto y no son recolectados por nadie.
"Son los propios vecinos los que tiran la basura pero también vienen bastante seguido autos y camionetas de otros lados para descargar acá, traen bolsas grandes y hasta escombro", afirmó Carmen, una de las habitantes del barrio Los Vagones que vive allí hace más de veinte años.
En el momento que El Diario recorría la zona, un adolescente y una joven arrojaron en total unas ocho bolsas de basura al costado de la calle Raúl Alfonsín.
"Los que tiran son los que viven en el pasaje, porque nosotros tenemos canastos y por acá sí hay recolección de residuos", agregó Carmen, quien aseguró que ha encontrado hasta animales muertos entre los desperdicios.
Otras de las zonas donde hay cada vez más basurales, es sobre la ruta Nº 147, hacia el este de la ciudad. 
En el cruce con la calle Riobamba, justo en una de las veredas del Hospital de Salud Mental, hay todo tipo de residuos, hasta los más insólitos como restos de ventiladores, un lavarropas, colchones y hasta una impresora de los años ochenta que junto con los desechos de productos cotidianos, conforman una verdadera alfombra de mugre.
Unos 200 metros al norte, sobre la ruta Nº 147, frente al barrio Faecap, ya es sitio común para el descarte de lo que ya no sirve. Allí, sobre un frente de unos 50 metros, se extiende un basural en el que es posible encontrar de todo: escombros, cubiertas de automóviles (cerca de cuarenta, amontonadas unas sobre otras), panales de abejas, cochecitos de bebé, sillas plásticas, latas de todos los tipos y tamaños, entre otros muchos objetos y artefactos que están casi en ruinas.
"Vengo a ver si encuentro un cuadro de bicicleta o algo así que me sirva porque quiero armar un carrito", explicó Nicolás, un vecino del barrio Aeroferro mientras busca entre los desperdicios algo para reciclar.
Si se sigue la traza de la ruta que va a San Juan, al girar por la avenida Fuerza Aérea el panorama es similar: más basura y olores nauseabundos.

 

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