El embajador del Vaticano firmó el Libro de Oro de la provincia

En su segundo día en la provincia, el nuncio apostólico Emil Paul Tscherrig dejó un registro que quedará para el recuerdo. Esta mañana, en el Salón Blanco de Terrazas de Portezuelo, alrededor de las 11:20, más de setecientas personas observaron con atención la rúbrica del embajador del Vaticano en el Libro de Oro, documento que guarda las visitas ilustres de la provincia. Efectivos policiales vestidos de gala custodiaron su ingreso al edificio del Ejecutivo. Además, una larga alfombra y la marcha pontificia entonada por la banda de la Policía lo acompañaron hacia el salón central, que fue insuficiente para contener la cantidad de público que asistió, por lo que en el hall también hubo largas filas de sillas. Los funcionarios  acudieron vestidos de negro.

Durante la bendición el nuncio apostólico le recordó a los fieles el cariño de Francisco.

Sentados detrás de una austera mesa, el nuncio y el gobernador, Claudio Poggi, desarrollaron un diálogo lleno de buenos deseos y agradecimientos.

“No es necesario que todos tengamos las mismas ideas, pero sí que lleguemos al diálogo. El Papa insiste sobre todo en la importancia del encuentro para crear y construir la paz. Éste también es mi deseo para todos ustedes. Una peregrinación de ochenta años significa que su pueblo está en movimiento y va por el camino de la unión”, dijo Tscherrig sobre el motivo que lo trajo de visita, la celebración del octogésimo cumpleaños de la Diócesis local.

“Usted nos ha traído un mensaje que contiene los valores de fe, esperanza y caridad. Queremos hacerlo sentir como en su propia casa. Que tenga una buena estadía”, expresó Poggi, al recibir al diplomático de la Santa Sede.

A la hora de los intercambios de obsequios, entró en escena una estatuilla de San Luis Rey de Francia de medio metro de alto aproximadamente. Tscherrig hizo a Poggi un comentario que escapó a los micrófonos de la sala y que el mandatario contó al voltear hacia el público: “Preguntó si es un regalo”. Los presentes, quienes antes habían escuchado cada palabra con detenimiento y no querían perder detalle, rieron al unísono. Pero otro comentario, esta vez del nuncio apostólico, los alejó nuevamente del protocolo: “Me gustaría enviarlo al Papa para saludarlo en nombre de todos ustedes”. Esos fueron los gestos que para los concurrentes sellaron la muestra de la humildad del suizo que lleva alrededor de cuarenta años sirviendo desinteresadamente a Dios.

Al inicio y al final, emulando a los coros celestiales pintados en las paredes de las iglesias y basílicas católicas de todo el mundo, cuarenta y ocho niños del coro del Don Bosco y cuarenta de la Orquesta Infanto Juvenil amenizaron el acto con música de Vivaldi en instrumentos de cuerdas. Uno de los profesores de los pequeños estudiantes del colegio, Cristian Cruceño, contó que tuvieron dos intensas semanas de ensayo juntos.

La fe de los creyentes fue gratificada cuando el nuncio apostólico los bendijo. Afuera, las banderas papal y la argentina, multiplicadas e intercaladas, ondeaban con las sierras de fondo.

Después de despedir momentáneamente al prelado suizo, Poggi manifestó a El Diario de la República: “Es un honor para San Luis recibir al embajador del Papa en la Argentina y más porque estamos compartiendo el festejo de nuestra Diócesis. Él es una gran persona, muy humana y simple. Le gusta vincularse con los niños y por el saludo que destina a la gente que se acerca  puede verse que es muy afectuoso”.

El primer mandatario señaló que el nuncio ya conoció el monumento al Pueblo Puntano de las Chacras y que piensa reunirse con los jóvenes en Villa de la Quebrada. “Tiene una agenda enorme, con casi cinco días de actividad. El domingo vamos a ir a Villa Mercedes a bautizar el puente colgante con el nombre de Monseñor Miranda (sacerdote puntano, quien estuvo en la Iglesia Católica durante cincuenta y cuatro años y fue reconocido por el papa Juan Pablo II)”.

Un llamado al diálogo

Integraron el auditorio el obispo Pedro Martínez, el vicario de la Diócesis, monseñor Fernando Spalla, y los representantes de otros cultos, que son practicados en la provincia. “Un símbolo de que vamos juntos por el camino”, dijo Tscherrig.

El Gobernador indicó que en San Luis la convivencia entre diversas religiones es de una gran armonía y que esto es una cualidad que enorgullece.

El pastor evangélico, Walter Berlo, afirmó que por ser el nuncio el segundo, después del Papa, ésta es una visita muy importante. “Creemos que es bueno que hombres de fe nos visiten para que la gente no se aleje de Dios y no hablo de una concepción religiosa en particular, si no de la búsqueda de Cristo”.

San Luis posee un registro con cincuenta y seis credos inscriptos. El jefe del Programa de Relaciones Institucionales y Culto, Sebastián Scatena recordó que desde hace una década hay una ley que protege la libertad religiosa.