Oportunidades para emprender y crecer

Reconoce las oportunidades y lánzate”. Esa fue la recomendación que dio Robert Shiller, premio nobel de Economía, a los jóvenes y aquellos que están siempre en la búsqueda de nuevas ideas para abrir su propio negocio. Más allá de la audacia de esta frase, lo cierto es que cada emprendimiento surge cuando se identifica una necesidad.

La fundación dictará el taller "Experiencias y Oportunidades Emprendedoras" en distintas localidades del interior durante todo el 2014.

Y en eso los puntanos tienen una ventaja. A principios de este año la Fundación Emprender publicó “Oportunidades Emprendedoras”, un libro que reúne el trabajo de un grupo de profesionales que se encargó de detectar los proyectos que faltan por desarrollar en cada uno de los municipios de los nueve departamentos de San Luis.

Su tapa es sugestiva: una bandada de pájaros en vuelo que se desprenden de la letra capital del título. Un guiño para los lectores, para indicarles que después de su lectura saldrán con herramientas para iniciar una actividad comercial.  “El espíritu de este libro fue reunir la información básica que necesitás cuando te sentás a armar un proyecto. Es una guía con todos esos datos ya procesados y masticados”, aseguró María Eugenia Vergés, una de las socias fundadoras de la organización.

En casi mil páginas entraron las sesenta y seis localidades, cada una con una descripción de doble partida. Una que incluye datos demográficos, económicos, geográficos, de niveles de alfabetismo,  de vivienda, de acceso a computadoras y de su origen.  Y otro apartado más blando, de entrevistas a los referentes de instituciones públicas, asociaciones intermedias y empresas privadas.

En realidad toda esta información está al alcance de cualquier ciudadano, pero está dispersa, desordenada entre los organismos como Rentas, el INDEC y de los Ministerios de Salud, Vivienda, Campo y San Luis Agua, Minería, Turismo, Industria y Educación. Así, este compendio tomó la pesada tarea de recopilarla y analizarla, algo que vieron que muchos necesitan pero que pocos hacen, porque según dijo Vergés “falta la cultura de hacer estudios de mercado”.

“Ni yo ni nadie puede decir si algo va a funcionar o no. Pero para intuir si lo que voy a encarar va a ir por buen camino necesito saber el terreno en el que me voy a manejar, saber bien qué es lo que quiero vender, dónde lo quiero vender, cuál es mi competencia, si es directo o no, entre otras cosas”, indicó.

En ese sentido, para Vergés los jóvenes son los que tienen la fuerza y el entusiasmo para encarar nuevos negocios “porque está en su naturaleza”. Lo que buscan entonces con el libro es guiarlos y estimularlos para que con los pies en la tierra puedan despegar.  “Pero para motivarlos hay que mostrarles la potencialidad de cada zona. Por eso, fuimos localidad por localidad para ver qué se puede hacer. Por supuesto que esto es sólo referencial pero creo que será de gran ayuda para impulsar las economías regionales“, dijo.

En el recorrido por el interior hubo varias sorpresas. Encontraron que algunos pueblos no tenían ningún tipo de actividad comercial y que por ejemplo ni si quiera elaboran su propio pan. “También vimos que todo lo que es elementos de construcción en el interior lo traen de la capital o ciudades más grandes cuando perfectamente podrían sacarlo de los recursos que tienen disponibles a su alrededor. Tenemos cuestiones estructurales que tenemos que empezar a movilizar. La provincia tiene un potencial muy grande y tenemos que aprovecharlo”, sentenció  Vergés con el ánimo explosivo, capaz de contagiar esas ganas por comenzar un proyecto.

Una tarea de titanes

De la primera letra hasta el último punto, todo el trabajo fue realizado por los miembros de la Fundación que dedicaron un año completo al armado de esta obra que contó con el apoyo del Estado provincial. Inés Blois, la coordinadora de la información estadística relató cómo fue el desafío de llevar adelante esta tarea.

“Lo primero que hicimos fue recopilar toda la información que estaba diseminada en distintos lugares”, comentó y detalló que para cada variable usaron una fuente específica para intentar de que el material sea comparable. “Con esa base, nos dedicamos a conseguir las bases de datos para sacar la información que nos parecía importante de población, educación, vivienda entre otras variables a nivel municipal. Y de ahí seguimos con el filtrado de todo lo que nos parecía que era esencial”, aseguró.

A simple vista parece fácil, pero la realidad es más compleja. Contó que en algunas localidades los datos no estaban completos, faltaban variables, o como en el caso de Fortuna, había errores en la base de datos. “Lo que tratás de hacer entonces es verificar la información, contrastarla para que sea fidedigna”.

Tocaron los distintos tintes que hablan de un pueblo, como el origen. “Incluimos una breve referencia de la historia y la cultura del lugar. De dónde vienen sus pobladores, cuál es su idiosincrasia. Esto nos describe y nos da una idea de si podría o no funcionar mi emprendimiento”, explicó.

También el tamaño no sólo de la superficie –con sus características de clima y temperatura- sino también demográfico, “con tablas para que se puedan ver las estructuras de población, el porcentaje que es económicamente activo, cómo se compone y el nivel educativo que alcanzó”; al igual que los datos propiamente económicos como la cantidad de comercios y el tamaño de las empresas “si son pymes o no”, entre otras tantas variables.

En simultáneo otro grupo estuvo encargado de entrevistar a los referentes zonales. Para abarcar todo el territorio se dividieron en tres secciones: para Junín, Chacabuco y San Martín, Matías Bongiovanni estuvo al frente; para Pedernera, Dupuy y Pringles estuvo Ivana Furlán y para Capital, Ayacucho y Belgrano, María José Galetto bajo la coordinación de María Eugenia Vergés.

Pero antes de salir a la calle tuvieron que definir una estructura de preguntas para homogeneizar los instrumentos de recolección de la información. “Las diferencias las vas a ver en las respuestas, cuando respondan según cómo ve cada uno su actividad”, comentó y agregó que en el diálogo podían intuir cuál es la visión que tienen de su rubro y de su lugar de trabajo. La descripción de la zona “por su gente”, tal como sectoriza el libro.

“Fue todo en paralelo, porque el tiempo fue muy corto. Mientras en algunos departamentos se entraba en la etapa de entrevistas, otros ya habían pasado la información al coordinador, que ya empezaba con la redacción”, indicó Inés.

Ambas valoraron la experiencia y el aprendizaje que les dejó el armado de este compendio. Coincidieron en que hay un gran potencial en todos los departamentos aunque hay algunos en los que hay poner el acento, como en Belgrano y San Martín. “La provincia tiene una diversidad de condiciones económicas muy amplia, ahí es en donde está el potencial”, concordaron.

La Fundación

Nació el 26 de diciembre de 2012 de la iniciativa de un grupo de profesionales interesados en generar un movimiento que apoye e incentive proyectos. “Es un espacio nuevo, creativo y dinámico concebido para promover la cultura emprendedora en la provincia de San Luis”, tal como dice en su sitio web. Para eso, hacen capacitaciones, investigaciones, estudios y actividades para fomentarla y para estimular la economía y la competitividad de la provincia en el ámbito público y privado.