Secuestraron el arma con la que le cortaron 3 dedos a un hombre

En medio de la penumbra y del susto, a Federico Ariel Suárez le pareció que era un machete. No era exactamente eso lo que empuñaba el otro hombre con el que discutió por un incidente de tránsito. Era la cuchilla de una cortadora de césped. Pero empleada como arma, servía al mismo propósito. Podría haber matado al joven, pero como esquivó el golpe y se cubrió la cabeza con una mano, la hoja afilada le rebanó tres dedos.
La agresión ocurrió hace un mes y medio, el 14 de febrero, cinco minutos antes de las diez de la noche. Anteayer, la Policía allanó la casa del acusado, en Las Chacras, Juana Koslay, y dio con la herramienta usada en el ataque. Además, secuestró armas blancas que el hombre, identificado como Roque Olguín, de 27 años, acostumbra llevar en su camioneta Peugeot 504 blanca, el vehículo en el que andaba en aquella ocasión.
Al caso lo investiga la Comisaría Seccional 34ª de Juana Koslay, ubicada a cincuenta metros del semáforo donde se produjo la pelea, en el cruce de la avenida Teniente Juan Domingo Perón (ruta provincial Nº 20) y la calle Las Magnolias, en el Municipio vecino a la capital puntana.
Ahora, mientras trajina entre intervenciones quirúrgicas –en breve tienen que hacerle una nueva– y tratamientos de rehabilitación, Federico Suárez tal vez piensa cuánta razón tiene el adagio popular de que “el comedido siempre la saca mal”.
El problema no era con él. El chapista y pintor de 28 años iba hacia su casa, en el barrio Cerros Colorados, cuando presenció un roce entre una Peugeot blanca y otro auto.
Según la denuncia que hizo después ante la Policía, decidió intervenir porque vio que el conductor de la camioneta increpaba a la mujer de edad avanzada que manejaba el otro vehículo y acompañaba los insultos con ademanes violentos, informó ayer el subjefe de la Comisaría 34ª, subcomisario Roberto Molina.
“No te metás, qué tenés que meterte, tomátelas”, le reprochó el exaltado conductor de la Peugeot, Olguín, un obrero que hace tareas de jardinería y otras actividades afines.
Suárez no se fue. La ira del otro automovilista se dirigió hacia él. Olguín abrió la puerta de su camioneta y sacó una hoja metálica de unos cuarenta centímetros. El joven que había pretendido mediar en el conflicto creyó que era un machete. No tuvo tiempo de mirar con detenimiento para cerciorarse. El hombre de la camioneta lo encaró blandiendo el objeto y lo levantó para descargarlo sobre su cabeza.
Suárez se agachó y se protegió la cabeza con una mano. El golpe le mutiló los dedos meñique, anular y medio, que quedaron colgando, sostenidos sólo por los tendones.
El agresor escapó. La mujer con la que había tenido el roce también se fue.
La víctima corrió al hospital “Dr. Juan Gregorio Vivas”, ubicado a cincuenta metros.
En el mes y medio transcurrido desde el ataque, Olguín complicó la misión de la Policía de identificarlo como el agresor y dar con su camioneta para hacerle pericias y revisarla en busca del arma, como había ordenado el juez Penal Jorge Sabaini Zapata.
Durante un tiempo escondió el vehículo en otra casa. Por eso, la Policía fue muchas veces a su domicilio de la calle Las Acacias, de Las Chacras, y no lo encontró.

"Ahora que secuestramos el arma, le elevamos el sumario al juez Jorge Sabaini Zapata y él dispondrá cómo sigue la investigación", Subcomisario Roberto Molina

Recién el miércoles lograron ubicarlo. No hay dudas de que es la camioneta que participó en el incidente, porque Suárez declaró que él le pegó una patada en una puerta, después de que el dueño le cortó los dedos. Y la 504 de Olguín tiene la abolladura de la patada.
Dentro del habitáculo, la Policía halló también dos cuchillos y un hacha.