Acusado de matar a un vecino dijo que fue en defensa propia

Emanuel Romero tiene 18 años, aunque su silueta delgada y sus hombros estrechos parecen de un chico de 11. Probablemente tiene que ver con una dieta desordenada, escasa en alimentos, pero abundante en alcohol y estupefacientes.

Si hallaran el revólver calibre 22 usado en la agresión, en la casa de Romero, podrían esclarecer qué rol jugó cada partícipe. Pero el arma está bien escondida.

A los 18 años, está preso junto a su madre, Rosa Romero, de 40, y un vecino por el homicidio de Rubén Ismael Morcón, un joven de 20 con el que hasta un rato antes había compartido libaciones en la casa de otro vecino, “El Gordo Ñoqui” Bazán, la madrugada del domingo 23 de marzo.

Ayer a la tarde Emanuel declaró ante la jueza Penal Nº 3, Virginia Palacios, y dijo que golpearon a Morcón porque él quería matarlos con un revólver.

La acusación que puede abrir las puertas de la penitenciaría para el chico de 18 años es una muestra de cómo ha vivido al borde. Los vecinos que ahora lo señalan por el asesinato dicen que el año pasado se salvó de que lo mataran: le pegaron dos balazos, en un incidente que pasó al recuerdo como un hecho confuso.

Con la declaración de ayer, el chico intentó sostener una justificación para el homicidio de Morcón, que entró a su casa con la intención de recuperar la moto 110 que le habían robado un rato antes.

Admitió que esa madrugada él participó en la reunión en la casa de Bazán, en el barrio V Centenario –separado del 1º de Mayo por un bulevar– y dijo que después Morcón, por efecto del alcohol, “desconoció” a algunos de ellos y empezó a recriminarles el robo de la moto.

Según Romero, Morcón irrumpió en su domicilio en la manzana P del 1º de Mayo, esgrimiendo un revólver, reveló anoche luego de la audiencia de indagatoria, el abogado Alfredo García Garro, uno de sus dos defensores.

“Emanuel declaró que Morcón entró por la fuerza, rompió dos puertas y le apuntó a su madre a la cabeza”, explicó el letrado.

“Varios testigos y la pericia de rodizonato de sodio que ya está en el expediente judicial confirman que era el joven que murió el que tenía y usó el arma”, agregó el defensor.

Según el detenido, como Morcón y sus amigos lo habían golpeado, él tuvo miedo y por eso había corrido a refugiarse a su casa.

Pero el joven que reclamaba la moto, después de la primera pelea fue hasta su casa, en la manzana U, a buscar el apoyo de su padre y volvió en auto hasta la manzana P.