San Martín la pasó muy mal en Mendoza

A cuatro días de la final perdida en tierra mendocina, el club San Martín (de Merlo), su gente y funcionarios municipales todavía lamentan la falta de seguridad y el respaldo institucional por parte de la Liga del Valle del Conlara y su presidente, Marcelo Demarchi.
Es que no era un partido más. El “Rojo” llegó a Las Heras para disputar el ascenso al Argentino “B” frente a Huracán. Un encuentro que, entre varias amenazas, igual arrancó a favor del equipo de la villa turística. Contra todos los pronósticos, San Martín se fue al descanso 2 a 0. Pero a partir de allí todo fue más complicado; no por los estudiosos que afirman que es el peor resultado, sino por el apriete que sufrieron los jugadores de Merlo en el vestuario y la inevitable mezcla de sensaciones.
Más allá del resultado y los fallos dudosos del árbitro, el conjunto de Fernando Bongiovanni afirmó que nunca se sintieron seguros ni respaldados ante una posible victoria en la difícil e importante cancha de Las Heras, frente a más de ocho mil hinchas.
Y ya en la definición por penales, en medio de la serie, algunas facciones del público local invadieron parte del verde césped, lo que aumentó la presión y la incertidumbre de que “cualquier cosa podía pasar”. “Incluso Damián Mancilla (el 6 de El Rojo) le dijo a uno de nuestros ayudantes que se quede cerca del túnel porque nos iban a cerrar la puerta hacia los vestuarios para que quedáramos  acorralados en la cancha”, contó el secretario del club, Ricardo Chaves, quien apuntó contra Demarchi: “Brilló por su ausencia. Necesitábamos de su apoyo para brindarnos seguridad”, agregó.
La bronca de algunos dirigentes del Rojo contra el presidente de la Liga también tiene que ver por ser el representante de la región puntana en la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). “Y sólo nos acompañó por mensaje de texto. Puso: ‘Héroes’. Eso fue todo”, criticó Chaves.
A su vez, la intendente de Merlo, Gloria Petrino, luego de reunirse con su par de Las Heras, Rubén Miranda, para intentar garantizar una tarde sin violencia, se animó a “alentar en silencio” desde las tribunas locales. Lo mismo ocurrió con un pequeño grupo de familiares que viajó para acompañar al equipo. Pero ni bien finalizó el primer tiempo, todos tuvieron que retirarse del estadio.
“Sentí que la zona estaba liberada, y que estábamos muy solos. Por eso denuncio la falta de presencia de la Liga, porque necesitábamos ese paraguas institucional que llegaba hasta la AFA; y más por la instancia en la que estábamos”, señaló Petrino.
Por otro lado, impotente pero orgulloso por el esfuerzo del plantel, Bongiovanni señaló las amenazas que condicionaron al plantel.
“Sufrimos mucho, desde la llegada a la cancha. Ya en ese trayecto al vestuario, nos apretaron y tuvimos que volver a la Trafic porque la policía no podía pararlos. Después, cuando terminamos el primer tiempo, nos volvieron a amenazar de muerte y nos tiraron bombas de estruendo en el vestuario, por una ventana que tenía que cuidar un oficial, que hizo ‘la vista gorda’. Imagináte, hasta Aldo Paredes, que jugó en primera en Argentina y en Brasil, dijo que nunca vivió una situación así”, recordó el DT de San Martín y siguió: “Antes de patear los penales, el jefe del operativo me dijo: ‘Salga como salga, terminan y se van corriendo al vestuario y vemos cómo hacemos’. Es decir, te daban más inseguridad todavía. Y cuando vamos a patear el quinto penal, ya había más de 200 personas en el campo. ¿Qué hacíamos si ganábamos?”, relató Bongiovanni.