“Lo que buscamos es compartir con papás que tienen las mismas ideas y el objetivo principal es cuidar a nuestros hijos y darles la mejor forma de vida a través de la educación y la religión”. Así explicó Sergio Ponce por qué viajó desde San Juan con su mujer Nancy para compartir una jornada de charlas y talleres, que reunió el sábado a unas 500 personas en el colegio San Luis Gonzaga. Y es que la escuela fue sede del encuentro que cada dos años realiza la Federación de Uniones de Padres de Familia de las Esclavas del Corazón de Jesús (Fupecj), que reúne a los tutores de los alumnos que cursan en las 18 escuelas que tiene a cargo la congregación. La reunión, bajo el lema “Amor y reparación: un camino para custodiar la familia”, se extendió durante todo el día y participaron grupos de distintas provincias de Argentina y de Chile.
"Es preferible aportar aunque sea un granito de arena que no hacer nada"
Las familias se habían inscripto a través de internet y arribaron alrededor de las 8:30 al edificio ubicado en la esquina de Colón y Ayacucho. Llegaron de Mendoza, Córdoba, el norte del país y de la localidad chilena de Copiapó. Incluso los interesados superaron las expectativas de la unión de padres puntana y desbordaron uno de los salones del colegio. Y a través de Skype, también se sumaron algunos desde Madrid.
Las hermanas de la Congregación de Esclavas de Jesús dieron la conferencia central, sobre el lema de la jornada. “El tema central es amor y reparación, que es nuestro carisma, que son los dones que uno recibe y con los cuales camina por la vida haciendo felices a los demás. El amor es estar pendiente de otro, dar y abrirse y la reparación es componer aquello que está roto por falta de amor. Son dos caras de la misma moneda. Y tratamos de aplicarlo dentro de la familia y que a la vez cada núcleo funcione como agente de ese mensaje hacia afuera”, dijo la madre superiora Silvia Somaré, que es asesora de la Fupecj.
Luis Medina, presidente de la Unión de Padres de Familia de San Luis, comentó que los grupos que asistieron después le transmitirán el mensaje a quienes no pudieron viajar pero que integran las asociaciones de cada provincia. “En los informativos aparece que hay problemas con los jóvenes. Pero es preferible aportar aunque sea un granito de arena, que no hacer nada y creer que está todo perdido”, aseguró.
Cerca de las 11 del sábado, los padres se agruparon en distintos talleres para debatir el tema de la charla principal, expresar sus ideas y opiniones y lograr en conjunto algunas pautas para actuar en su familia y en la comunidad. La actividad incluyó un tiempo de oración personal y otro para que todas las familias sacaran conclusiones de la jornada. También realizaron una asamblea para elegir a las nuevas autoridades de la federación, que se renuevan cada dos años, y para elegir la sede del próximo encuentro. Como cierre, compartieron la misa y una cena.
“Movilizamos a todos los padres, docentes y miembros del colegio para poder organizar el encuentro. Lo vivimos con mucha alegría y estamos muy contentos”, dijo Medina.
La reunión no sólo cumplió las expectativas de la agrupación local. “De toda actividad sacamos algo positivo”, comentó Javier Tobar, de Copiapó, quien destacó que encuentran similitudes entre la realidad que vive la sociedad argentina y la chilena y que las charlas les dieron pautas para enfrentar problemas como el alcohol, la droga o el individualismo, que afectan a los jóvenes a uno u otro lado de la cordillera. Y Ponce aseguró: “Nos llevamos las bases para acompañar a los chicos en su proceso de crecimiento y también hacemos amigos. Es curioso, porque estamos hermanados a través de nuestros hijos”.


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