Ya vive en su nuevo hogar el niño que se quemó mientras jugaba

La historia de César Jofré, quien tiene apenas once años parece sacada de una película. Hace dos meses, en su casa del paraje Balde de la Isla, jugaba con nafta, quemaba langostas para entretenerse, hasta que, sin querer, derramó el combustible sobre su ropa y comenzó a prenderse fuego rápidamente. Llegó al Hospital de San Luis con el setenta por ciento de su cuerpo quemado y las expectativas de vida eran muy pocas. Pero se salvó y desde entonces su existencia cambió radicalmente: antes vivía en condiciones muy humildes y hoy tiene una casa, su papá no tenía empleo y ahora sí. Ambos son temporarios, pero están todos juntos, sanos y salvos, y eso es lo más importante para Pablo Jofré, su padre.

“Nos mudamos el domingo al mediodía, estamos viviendo en una casa linda. ¡Nueva es!", expresó el papá de César.

“Estoy acá gracias a Dios y la Virgen, con los niños, tranquilo. Con César estamos en San Luis. Desde hace tres días en nuestra nueva casa de Río Grande. Tenemos que volver el 10 de junio a Buenos Aires y después a fines de julio al Hospital Garrahan. Está hermoso César”, contó Pablo, un poco más aliviado que la última vez que habló con El Diario. 
A don Gabutti, un vecino encargado de buscar al pequeño en la terminal para llevarlo hasta Río Grande, se le escaparon algunas lágrimas de emoción al verlo tan bien. Sus compañeros de escuela lo recibieron con carteles coloridos de bienvenida y cartitas de cariño. A todos se les dibujó una sonrisa enorme en el rostro.
“Nos mudamos el domingo al mediodía, estamos viviendo en una casa linda. ¡Nueva es! Los vecinos nos ayudaron a mudarnos, agradezco especialmente a Daniel Ordoñez, Roberto Villegas y a Ingrid, que me sigue dando una mano muy grande”, expresó Jofré.
Al enterarse de las necesidades del niño el ministro del Campo y presidente de San Luis Agua, Felipe Tomasevich, buscó una casa en la que pudiera alojarse toda la familia. El domingo se mudaron y permanecerán allí, al menos, por tres meses. 
“Vivía en un lugar muy humilde, Ordoñez me llamó llorando para contarme cómo vivía esa familia. Esto les cambió la vida, es una pena decirlo, pero esta desgracia les trajo mucho amor y fueron muy solidarios con ellos”, dijo la diputada provincial, Ingrid Blumencweig, quien acompañó a la dupla durante sus días de internación en Buenos Aires. 
La legisladora vuelve el tiempo atrás y recuerda que en un principio el pronóstico que les dieron en el hospital era reservado. 
“Tienen una fortaleza admirable los dos”, concluyó emocionada  Blumencweig.