El Cristo de la Quebrada vivió su día a pleno sol y con la acostumbrada multitud que invade las calles del pueblo, esta vez multiplicada por el feriado largo y el cálido sol otoñal que tuvo el sábado junto a las Sierras Centrales.
La gente agitó banderas y pañuelos tanto en la partida como en la llegada al templo.
Como es habitual, la jornada tuvo su epicentro en la procesión por las calles de Villa de la Quebrada, un recorrido que contó con la presencia del gobernador Claudio Poggi y el obispo diocesano Pedro Martínez, quienes encabezaron la larga fila de más de tres cuadras en las que se sumaron funcionarios, legisladores y, detrás del auto con los parlantes, los fieles que esperan con fervor religioso la salida del templo de la imagen del Cristo.
Las autoridades fueron llegando minutos antes de las 16 a la plaza, para ingresar directamente por un portón verde a la Casa de Retiro. El Gobernador lo hizo manejando su propio auto oficial y acompañado por su esposa Sandra Correa. Cuando pasó por la entrada al Vía Crucis ya estaba en esa esquina el intendente de San Luis, Enrique Ponce con una nutrida comitiva de funcionarios trajeados. Los ministros, intendentes y legisladores se acercaron por su cuenta para luego hacer la salida por la puerta del templo, que estaba vallada y acordonada por agentes de Seguridad Comunitaria y San Luis Solidario. La banda de la Policía de la provincia hizo su aporte con marchas para hacer más llevadera la espera, mientras la gente aguardaba a la sombra en la plaza, apostada en techos y veredas, ya que recién se podían sumar a la fila una vez que pasaba el cuerpo central de la procesión.
Adelante partió la imagen del Cristo de la Quebrada llevada por agrupaciones gauchas. Luego Poggi y Martínez, más atrás el resto. Un sacerdote animaba a la multitud a vivar al Cristo, a la Patria y a San Luis. El repaso lo llevó a pedir por la juventud, para que no falte el trabajo ni la salud. Hubo agradecimientos para las autoridades municipales, encabezadas por Stella Maris Lobos, por su trabajo previo, lo mismo que para el Gobierno provincial y algunos intendentes vecinos como Gustavo Melián, de Nogolí.
La procesión salió por Tomás Alcaraz y tomó Belgrano hasta la ruta 3. Hubo un pequeño recordatorio en la pasada por el cementerio local y se engrosó notablemente durante los 100 metros sobre la ruta. Luego volvió por Sarmiento, donde se hizo dificultoso caminar debido a que los puestos de un lado y otro, achican mucho la senda. Algún funcionario bufaba porque la combinación traje y calor no es la ideal, pero todo pasó con normalidad y buena organización. El padre Paredes, en su condición de local, recordó la leyenda del Cristo y animaba a no aflojar. Nadie lo hizo y la fiesta fue completa.


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