Algodón certificado: la potencialidad de un cultivo que ilusiona al norte de San Luis

Aunque  desde 1978 vienen probando el cultivo de algodón en el norte de San Luis, hay poca información técnica acumulada, la que sin embargo muestra firmes indicios que la calidad de fibra puntana es muy superior a la media nacional.

"Apostamos a que el algodón sea una alternativa productiva viable para todos, y que todos la podamos aprovechar”, dijo Javier Genovés, director del INTA San Luis.

El corredor Quines - Candelaria, donde actualmente se cultivan unas 3.000 hectáreas con este prometedor vegetal, ingresó al "Programa de asistencia  para el mejoramiento de la calidad de la fibra de algodón" (Procalgodón), del Ministerio de Agricultura de la Nación.

Este paso fue explicado la semana pasada en Quines durante una jornada que incluyó una visita a uno de los círculos con riego del establecimiento La Chilca, organizada por el INTA Quines, Proyecto Regional del Noroeste de San Luis (Pret NO), SENASA, Colegio de Ingenieros Agrónomos de San Luis, la empresa algodonera Morotti SA y coordinación Procalgodón, y el respaldo de la intendencia de Julio Gómez.

Empresas y entidades públicas trazaron un plan para seguir protocolos en el proceso productivo y certificar la calidad de su fibra como herramienta para acceder a los mercados con más equidad y transparencia

Mario Mondino, especialista de Procalgodón, cree que esta zona da para mucho: "El problema es que al productor no le pagan por calidad. Hace seis campañas que elaboramos un proyecto en conjunto con el ministerio para establecer las normas de calidad y que cualquier productor pueda entrar al circuito, para que no se evalúe como ahora, sólo por peso, contenido de humedad y porcentaje de desmote, sino también por sus características hilanderas que es realmente por lo que vale. Las distintas calidades que hoy se pretenden pagar tienen muy poca relación con lo que la industria hilandera realmente necesita".

Héctor Andrada, jefe del INTA Quines, dijo que el algodón es un cultivo estratégico para la zona, por la historia que tiene en la región y la potencialidad que muestra a corto plazo para las grandes empresas y pequeños productores: "Le damos una mirada local al programa de Procalgodón para valorizar la fibra del algodón puntano y eso es lo que perseguimos como finalidad".

Más allá de los objetivos que se buscan a nivel nacional con distintas experiencias, en el norte de San Luis quieren saber con qué calidad cuentan: "Tenemos datos de algodoneros que dicen que su producto tiene características excepcionales en cuanto a rendimiento, calidad de fibra y de semilla". Andrada hizo extensivo este concepto a aquellas empresas agropecuarias interesadas en iniciarse con la producción de algodón en el norte de San Luis y generar más experiencias para tener más información.

Paralelamente, con el Colegio de Ingenieros Agrónomos, desarrollan un plan de capacitación hacia adentro y afuera del INTA para disponer de más profesionales.

En un círculo de la firma Morotí realizaron auditorías técnicas en las etapas de implantación, vegetativa y de precosecha y completaron las planillas de registro y verificación para cumplir con las etapas que llevarán a la certificación de calidad. Otras auditorías siguen después en la fase de desmote y calidad de fibra. La fecha estimada para cosecha el lote estuvo fijada para el 12 al 17 de abril, hecho que quedó descartado por las continuas lluvias y escasas horas de sol.

Durante la visita al círculo 3 del establecimiento La Chilca, Hugo Basilux, explicó los problemas que trajeron al algodón la inusual seguidilla de lluvias y la escasa insolación que marcó el fin del verano y lo que va del otoño.

"La empresa Morotti está muy de acuerdo con este tipo de experiencias", dijo el directivo, al recordar que este año el algodón tuvo muy buen nacimiento con 22 semillas por metro y a una distancia de un metro entre líneas.

Inicialmente hubo que echarle bastante agua por las condiciones de sequía reinantes al principio de la campaña: "Los riegos nunca se pararon, pero siempre anduvimos muy justos con la humedad".

El cultivo tiene dos aplicaciones de glifosato porque se les escapó mucho el cardo ruso: "Puede haber algo de resistencia, porque al lado de una planta controlada aparecía otra a la que no le pasaba nada".

Apoyo institucional

Javier Genovés, flamante director de la Estación Experimental del INTA San Luis, abrió la exposición técnica en la ciudad de Quines, después de la bienvenida del intendente Gómez: "Vemos a la tecnología no como una meta en sí misma, sino como un vehículo para el desarrollo local".

Opinó que Quines es una de las comunidades que más coincide con ese concepto, lo que dijo que se demuestra por la permanente presencia de los actores relacionados y del intendente en todas las actividades del INTA: "No nos dedicamos sólo a la tecnología agropecuaria, sino que queremos que esa tecnología tenga un impacto social en la comunidad local. Aunque actualmente el algodón no sea el producto principal, hay que cuidarlo en calidad. Apostamos a que sea una alternativa productiva viable para todos y que todos la podamos aprovechar”.

Pablo Mestre, representante en San Luis de sanidad vegetal del Senasa, dijo que la tecnología es muy importante, pero que "la otra pata primordial" es la cuestión sanitaria de los cultivos.

Recordó que el norte de San Luis es considerada oficialmente "zona verde" por estar libre del picudo del algodón, una plaga que anualmente ocasiona enormes pérdidas en el norte del país

Mestre dijo que el Senasa hoy solamente está monitoreando los cultivos para verificar que no exista esta plaga, y en caso de que llegara a aparecer, tienen un protocolo a seguir. Trabajan con cerca de 280 trampas distribuidas en distintos círculos de riego de la provincia: "En algún momento también trabajamos con el Ministerio del Campo sobre alguna legislación para impedir la circulación por esta zona limpia, ya que el país tiene muchas zonas sucias. No nos pudimos poner de acuerdo con esto, pero seguimos trabajando y sin duda el compromiso de las empresas en esta tarea es fundamental”.

Mario Hugo Mondino, de Procalgodón, celebró incorporar una zona nueva al programa: "Veníamos pensándolo desde hace bastante tiempo y por suerte a partir de esta campaña lo logramos".

Por ahora solamente con algodón, dijo, pero aseguró que a medida que pase el tiempo sumarán algunas líneas de investigación, que definirán conjuntamente con la agencia Quines del INTA, en especial aquellas que requieran soluciones más urgentes: "Es un problema al que nosotros le damos mucha importancia como institución porque la cadena algodonera se mueve en función de la calidad; el inconveniente es que al productor no le pagan el algodón por calidad".

Luis Pellegrino, asesor del Ministerio de Agricultura de la Nación, explicó en términos económicos cómo se mueve hoy la cadena de comercialización y la imposición del precio de la materia prima que compran, amoldado a las conveniencias estacionales de la industria.

El norte promete mucho

La demora en casi un mes en comenzar la cosecha por exceso de humedad abrió, sin embargo, un imponente paisaje de capullos abiertos.

En ese ambiente, los asistentes a la jornada, la mayoría productores de diferente escala de una amplia zona, remarcaron particularidades del cultivo, su historia y las potencialidades que hoy ilusionan. Hicieron hincapié en las cualidades y calidades del ambiente y recursos que el generoso norte puntano ofrece, para lograr un producto de excelencia en calidad (fibra y semilla) y productividad (rendimiento en bruto).

Ante las empresas involucradas, instituciones locales, asesores privados, se mostraron datos del cultivo nacionalmente, en cuanto a mercados, precios y otros aspectos; la importancia de la caracterización de la fibra para “defender lo producido” y remarcaron la importancia local en cuanto a la cadena de valor para generar más trabajo, más inversión y más sostenibilidad a los recursos.

Al medio en la Chilca mostraron  alteraciones ocasionadas por el retraso en cosecha a causa de las lluvias frecuentes y se analizó el funcionamiento de la cosechadora picker presente en el lote.

Andrada, del INTA Quines, quedó satisfecho por esta primera jornada que busca dar un salto comercial en la zona: "Se valorizó el aporte de información realizado por la empresa involucrada, se trazó el camino para llegar a la certificación de fibra y se remarcó la importancia de esta y otras cadenas productivas que hacen al desarrollo de la Llanura Norte".

Esta zona pertenece al árido, con suelo y vegetación típica, pero con potencialidad por la gran cantidad de agua subterránea para riego con equipos de pivote central, más cuatro mil hectáreas que hoy reciben agua del dique La Huertita para riego por gravedad.

Hay un proceso de agrupamiento y organización para explotar el melón y los rosales.

El INTA integra el grupo de entidades que conforman el escudo sanitario para proteger a la zona del ingreso del picudo del algodonero, una plaga que no está presente en la provincia.

Para la producción de papa, en el norte hay conocimiento, trabajo y un ambiente que brinda la posibilidad de hacerla dos veces al año, con una calidad reconocida nacionalmente.

La alfalfa es muy importante hoy en el norte por la adaptación que posee y por lo que se está haciendo con el valor agregado en la zona como la elaboración de pellet.

El melón es un cultivo culturalmente importante por el ambiente, el que al igual que la papa, tienen fechas de muy exactas que si son dañadas por granizo, por ejemplo, no hay posibilidad de resiembra.