Crece el caos de tránsito en una esquina del microcentro puntano

Un concierto de bocinazos, gente que amagaba con cruzar y se paraba a la mitad de la calle porque de golpe se les aparecía un auto y colectivos llenos de pasajeros que se amontonaban en la parada y no podían continuar el recorrido. Así era la postal de la esquina de Ayacucho y Chacabuco ayer al mediodía. El caos de tránsito le genera varios dolores de cabeza a quienes obligadamente deben pasar en horarios pico por ese punto del microcentro. En la zona, hay una escuela, la sede central de la obra social provincial Dosep, un maxiquiosco, una farmacia y un centro de atención médica. Automovilistas, peatones y comerciantes se quejan del desorden en  el tráfico.

El corte de la calle Belgrano a la altura de Chacabuco, congestiona más la circulación.

“Es un desastre. Los autos paran en doble fila o se estacionan en sitios que no pueden hacerlo. Y las motos se suben a la vereda para ganar tiempo y no ‘comerse’ la fila de coches. No le dan paso a los niños, a la gente mayor o a las embarazadas. No respetan nada”, dijo César, que tiene su quiosco de diarios y revistas justo afuera de la delegación de la mutual, por calle Chacabuco. Desde su puesto, observa como las personas hacen malabares para cruzar la calle. Aunque la hazaña no siempre les sale bien, ya que el vendedor aseguró que todos los días se genera algún conflicto con alguien que al pasar de una vereda a otra casi lo llevan por delante o los autos se enredan en maniobras para no chocarse.

Además, el quiosquero aseguró que hay personal de tránsito que controla, pero no siempre aparecen en los horarios pico, como ayer cuando este matutino recorrió el sector. Lo mismo aseguró Néstor, un automovilista que circula diariamente por la zona. E incluso destacó que, cuando hay policías parados en la esquina, no intervienen ante la falta de algunos automovilistas.

El mediodía es uno de los horarios más complicados para el sector, porque al movimiento de vehículos que salen del microcentro o quieren llegar a Dosep para hacer un trámite, se suman los autos, motos y transportes escolares que quieren encontrar algún hueco para estacionarse y buscar a los chicos que salen de la escuela "Bernardino Rivadavia". Si bien el frente del colegio tiene una baranda para evitar que algún niño se caiga al asfalto, la mayoría de los estudiantes deja el edificio a la misma hora y se agolpan en la puerta. Niños y padres amontonados no entran todos juntos en la vereda, por lo que alguno siempre termina parado en el medio de la calle y se convierte en un obstáculo inesperado que los conductores deben sortear.

“No encontramos estacionamiento y si no, tengo que dejar el auto muy lejos. A veces cortan el tráfico a la salida de la escuela y es un poco más organizado”, comentó Guillermo, que estaba en la esquina adentro del coche y esperaba que su esposa, que se había bajado unos minutos antes, volviera con sus dos hijos varones, que son alumnos de la "Rivadavia".

Para Nicolás, que trabaja en un quiosco que está frente a Dosep, el fin de la jornada escolar no es la única razón del caos vehicular. El corte que la Municipalidad realiza diariamente en el cruce de Belgrano y Chacabuco congestiona aún más la circulación de autos por la esquina de su negocio.

Además,  comentó que entre las 8 y las 9 también se generan aglomeramientos por la cantidad de coches. Aunque ayer a la mañana, el movimiento fue más conflictivo de lo habitual, debido a que uno de los colectivos de Transpuntano quedó parado en el medio de la calle unos 40 minutos, hasta que los mecánicos de la empresa, la Policía y la grúa lograron retirarlo y liberar el camino. Nicolás contó que mientras tanto, algunos conductores subieron sus vehículos a la vereda para seguir viaje.