SAN LUIS - Miércoles 15 de Mayo de 2024

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Javier Merlo: "Busco crecer y poder ser un profesional"

Por redacción
| 21 de junio de 2014
El campeón. Javier recibió una invitación del equipo Toyota para correr en la súper TC 2000.

Merlo está en consideración del equipo oficial Toyota en Súper TC2000 para correr el 19 y 20 de julio los 200 kilómetros de Buenos Aires.


Sin dudas, Javier Merlo es una de las joyitas que cuenta el automovilismo de San Luis. Con apenas 20 años se ha convertido en un piloto talentoso, de vasta experiencia internacional y dueño de un presente soñado en categorías nacionales. Su humildad, se percibe al verlo, su habilidad, su carta de presentación; características que lo han llevado a conseguir podios en el TC2000 y Fórmula Renault 2.0. Y además, a estar en consideración del equipo oficial Toyota en Súper TC2000 para correr el 19 y 20 de julio los 200 kilómetros de Buenos Aires.

 


A los cuatro años “Mirindita”, apodo con el cual se lo conoce en los circuitos de competición, comenzó su amorío por la pasión tuerca. El karting lo vio crecer y lo cobijó por varios años como protagonista, en la denominada "cuna de campeones". Ahí, el "poleman" junior hizo escuela y pasó en 2010 al monoplaza, donde consiguió la corona de la Fórmula Renault Argentina 2.0 en 2012.

 


Su talento iba en aumento. Las puertas se abrieron y pegó el salto que siempre esperó, ya que “los buenos resultados me ayudaron a emigrar a Europa. Corrí en la World Series 2.0 y eso me ayudó a crecer en todo sentido. Si bien, el proyecto estaba pensado para estar tres campañas, la situación económica del país cambió y tuve que regresar”, le mencionó Javier al El Diario.

 


Maduro y con experiencia de sobra, el villamercedino regresó a sus orígenes, donde rápidamente se convirtió en animador del TC 2000 y la Fórmula Renault  de la mano del equipo Corsa Racing, ambas categorías exigentes que ya lo vieron festejar en lo más alto del podio. Es un trabajador silencioso, sin miedo a usar el overol para salir a luchar contra estructuras mucho más grandes los fines de semana.

 


—Javier… ¿sufriste el paso de la competencia europea a la nacional?

 


—Para nada. Argentina posee una fábrica de talentos innatos en el automovilismo con categorías tan competitivas como cualquier otra en el mundo. Fue un paso bueno donde aproveché para sumar experiencia. Por los presupuestos que se manejan a nivel europeo accedí a un auto N° 3. Sabía que no estaba para pelear, igual realicé grandes carreras y aprendí mucho.

 



—Pasaste a un auto con el techo ¿existe un cambio sustancial en cuanto a tecnología?

 


—No, tanto el TC2000 como la Fórmula Renault son categorías con mucha tecnología y potencia. Acá vino a correr el turismo mundial e hizo registros más lerdos que el TC. En el país las carreras de autos han crecido exponencialmente, y mi encanta y disfruto cada vez que me toca subirme en el Honda Civic o al monoplaza.

 



—¿Qué significó ganar en el TC 2000 tu primera carrera?

 


—Fue fantástico. Para mí, significó sacarme un peso grande de encima. La tranquilidad de obtener un podio y trabajar más aliviado, un plus extra de ganas para seguir peleando, no sólo para mí sino también los mecánicos y mi familia que está siempre al lado de uno.

 



—¿Notás diferencia con los equipos oficiales?

 


—Cuando llegué me puse a estudiar los equipos y hay tres que son muy fuertes, estructuras grandes y con varios años de desarrollo en sus coches. A nosotros no tocó armar un auto sin demasiadas experiencias mecánicas. Pedimos asesoramiento a Javier Yabatari, unos de los mejores ingenieros del Súper TC2000, empezamos a trabajar de cero. La verdad no esperábamos una victoria tan pronto, por eso todo se disfrutó al máximo. Lo que me diferencia de los equipos grandes, además de ser una estructura chica, es la innovación.

 



—¿Y el triunfo en Toay, La Pampa?

 


—También fue una alegría inmensa. Había perdido el time de la categoría. El problema que hay en la Renault son los motores que van a sorteo el día de la carrera y no todos están en buenas condiciones. Por ahí, te toca un motor muy flaco que te deja afuera. En el autódromo de Toay, había clasificado -clasifiqué 16º en la primera final- y gané la carrera. Hice diferencia porque tengo un poco más de experiencia. Ese día hubo mucho viento y eso me ayudó, manejé bien el "refuge" y aproveché esa ventaja.

 



—En Uruguay se te vio molesto ¿qué circunstancias provocaron tu enojo?

 


 —Nunca había corrido en un auto con techo. Desde la primera fecha en Córdoba recibí muchos toques, que son válidos y yo no estaba acostumbrado a ir a la “chapa”. A partir de la segunda ya me pareció que se estaban excediendo un poco, con maniobras jugadas. El TC2000 es una vidriera para el Súper TC2000 y hay muchos pilotos jóvenes que quieren demostrar su talento.

 


Ahí viene el problema. Pero bueno, son toques lícitos y me estoy acostumbrando de a poco. A Gianfranco Collino, lo conozco bien corrimos en fórmula Renault. Sucedió que se colocó atrás justo en el safety card y cuando se relanzó me tocó mal y me sacó; ahí exploté y hablé a todos los medios. Por suerte no me sancionaron, pero te duele ver que te destrocen el auto por una mala maniobra de otro, con todo lo que significa hacer arreglos.

 



—Ahora, de regreso en el país, ¿cuáles son tus objetivos?

 


—Actualmente, mi objetivo es vivir de esto y ser un profesional. Yo aspiro a eso, también al crecimiento del Corsa Racing y que llegue a ser reconocido a nivel nacional. Para eso trabajamos día a día muy duro, ojalá se nos dé todo.

 


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