Podaron un ombú por temor a que caiga sobre una casa

Hace poco más de dos meses avisó. Una parte de sus ramas, las que dan para el interior de la cuadra, cayó sobre la vivienda a la que sombrea. Esa vez se posó sobre las rejas y parte del techo del domicilio y nada más. Pero los intermitentes sonidos del crujido de las ramas,  que se agolparon en los últimos días, alertaron a Carlota, la vecina que ahí reside. Ante una inminente caída, los ingenieros municipales decidieron que lo mejor sería podar el añejísimo ombú de la esquina de Italia y Córdoba, uno de los árboles que goza de protección municipal.
La tarea no llevó más de dos horas. Lo que hicieron los podadores es un despunte, aclaró Paola Sosa Muñoz, jefa del programa de Arbolado Público. "Limpiaron las ramas muertas. Con eso redujeron la copa y le sacaron peso", explicó.
Según indicó Virginia Scally, la subsecretaria de Espacios Verdes, los problemas se evidenciaron el último verano, cuando las hojas comenzaron a caerse, o sea cuando experimentó una defoliación.
Fue allí cuando la subsecretaria intervino. "Tomamos unas muestras de tejido y las mandamos a analizar. Como no detectamos ninguna enfermedad, dedujimos que el problema venía del suelo o el medio ambiente. Como el verano fue muy agresivo en cuanto a las fuertes temperaturas, la gran onda de calor causó la defoliación", contó la ingeniera agrónoma. Con la partida del calor, esperaron que el problema también se marchara. Eso no pasó. "La vecina mostró una buena predisposición para regarlo, pero el ombú no se recuperó", dijo.
"No tenemos un diagnóstico certero sobre lo que le pasa. Le pedimos una opinión a la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias, hablamos con varios docentes, ellos también tomaron muestras y tampoco hallaron un porqué concreto", agregó.
A partir de este llamado despunte, la idea es que en primavera, si todo sale bien, la planta rebrote.
Si no lo hace, los ingenieros evaluarán la posibilidad de preservar algunos "hijos" que ha logrado engendrar el vegetal y lo bordean.