Juventud dio en el "Blanco". Diez mil personas con el corazón en la mano imploraban por un gol en El Bajo. Y el gol no llegaba. El 1-1 no se movía. La pelota voló en el área misionera, Martín Blanco, en el día de su cumpleaños, subió más alto que todos, metió un frentazo; y la pelota como por un tubo imaginario de la cabeza al arco, besó la red. Éxtasis total. Lágrimas. Abrazos. Desahogo. El Juve le ganó 2-1 a Guaraní Antonio Franco de Misiones y quedó a un paso del ascenso de la B Nacional.
Antes de la emoción hubo un partido de fútbol. El primer tiempo fue un monólogo del equipo puntano. Si bien es cierto le costó entrarle con claridad porque Guaraní se cerró bien, también es verdad que fue superior. El cero no se rompió por la gran actuación del arquero misionero, que tapó un par de pelotas que tenían destino de red.
Aguirre -por derecha- y Garrido -por izquierda- intentaban comerle la espalda a sus marcadores de turno para hacerle el 2-1 a los laterales y de esta manera obligar a los centrales a salir de su hábitat natural. Cuando lo lograron, Juventud creó situaciones y la visita sufrió. Cuando los volantes de Guaraní pudieron ganar la pulseada, la última línea tomaba aire y el arquero no pasaba sofocones.
El Auriazul fue más que Guaraní en la primera parte. Mientras el local fue agresivo y salió a buscar el partido. El Albirrojo se paró con 4-1-4-1. Cuatro hombres en el fondo que nunca se salieron del libreto. Young como volante tapón. Delante de él una línea de cuatro volantes, donde el que más se soltaba era Cardozo. Y en la delantera lo dejaron solo a Barinaga. Un cabezazo de Vester fue la única llegada misionera en el primer tiempo.
En el complemento Juventud salió con la misma tónica. Iba e iba, pero no podía romper el cero. Y al cero lo rompió con una jugada de laboratorio. A la salida de un tiro libre Peralta se la cedió a Garrido que apareció por sorpresa y quebró la resistencia de Cosentino: 1-0. La alegría no duró nada. Guaraní sacó del medio, y en tres toques llegó al área puntana. Pereyra madrugó a Vitale y Barth y puso el 1-1.
Los dos técnicos movieron el banco y el partido seguía igual. Juventud tratando de romper la paridad y la visita aguantando. Hasta que la justicia llegó. La pelota voló por el aire misionero, Blanco le puso la cabeza y la clavó en el ángulo: 2-1.
Juventud ganó y sueña con el ascenso.
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