Unas 10 mil almas coparon El Bajo y alentaron con el corazón

¡Oh soy del Juve, es un sentimiento, no puedo parar!, cantaba la hinchada. El partido había terminado, ya no había jugadores en el campo, pero nadie se movía. El 2 a 1 estaba marcado a fuego y los corazones auriazules latían acelerados. Fue el desahogo de las diez mil almas que anoche coparon El Bajo y alentaron a sus muchachos hasta quedar afónicos. Fue una noche histórica, inolvidable, una fiesta del fútbol.

"La respuesta de la gente fue hermosa y a los jugadores le dije que esta cancha llena es mérito de ellos", dijo Tempesta.

Desde la previa muchos imaginaron un lleno total en el "Mario Sebastián Diez", pero verlo, sentirlo, estar ahí, era el desafío de todos. Por eso, para vivir ese hermoso momento y para alentar al equipo por sobre todo, miles de hinchas del Juve y de otros equipos sanluiseños, se ubicaron hombro con hombro en las tribunas para apoyar al equipo. Había gente hasta en los pasillos del estadio y en puntitas de pie miraron el partido, a nadie le importaron  los pisotones o algún empujón sin intención. Tampoco importó el frío. La historia pasaba por estar allí y apoyar al representante puntano que llegó a las finales. 
Cuando Matías Garrido levantó la red en el 1 a 0, El Bajo pareció estallar. Y quedó mudo un minuto después con el empate de Ramiro  Pereyra. Hubo desazón y nervios, pero los jugadores iban al frente y había esperanza. La gente se quitó la ansiedad saltando y cantando,  hasta que llegó el gol soñado, no sólo para Martín Blanco, su autor, sino para toda la gente: en el descuento, de cabeza y con la pelota besando con calma los piolines. Fue el delirio, la apoteosis, la emoción profunda, los abrazos apretados, las lágrimas, la alegría. Fue una victoria bien puntana: sufrida, trabajada, dura, humilde, pero merecida.
Pase lo que pase el próximo fin de semana en la lejana Posadas, la noche del 2 de junio de 2014 entró en la historia del fútbol provincial. Será difícil de olvidar y vivirá en la retina de las diez mil almas que  coparon el estadio.

Voces de El Bajo            
"Juventud jugó un partido bárbaro, estuvo muy bien, fue un triunfo merecido. Tuvo opciones de gol y gracias a Dios llegó en el último minuto", dijo el gobernador de San Luis, Claudio Poggi, quien siguió el partido desde la platea. "La cancha está muy llena, es la final por el ascenso y la gente entendió que hoy todos somos Juventud. Es uno de nuestros representantes y está en las finales", agregó en diálogo con El Diario de la República. 
"San Luis merece estar en el Nacional B y más arriba también por su política deportiva, porque tenemos tres clubes jugando a nivel federal. Esto es muy importante y muy motivador para nuestros chicos y jóvenes, para todos. Le hace muy bien al deporte", opinó el primer mandatario. 
"Siento una alegría tremenda, por suerte entró esa pelota en el último minuto. Antes habíamos sufrido demasiado sin merecerlo porque llegamos en varias ocasiones y el gol se nos negó. Lo importante fue ganar", dijo el presidente auriazul, Carlos Luna.
"La respuesta de la gente fue conmovedora. Y el club demostró estar a la altura de las circunstancias, todo salió bien. Ahora hay que pensar en Posadas", añadió el dirigente. 
"Fue un partido difícil, duro, trabado, pero lo buscamos siempre y el triunfo es merecido. Nuestro trabajo ya está hecho, ahora en Posadas ellos van a tener que salir a buscar el partido", dijo el DT auriazul, Darío Tempesta. 
"No vamos a cambiar nuestra forma de jugar. Será un partido más difícil que éste. Ellos quedaron a un gol, pero nosotros somos un equipo combativo y ya jugamos en canchas complicadas. Lo importante ahora es recuperarse en lo físico y mantener la calma para lo que viene", declaró el entrenador.   
"La respuesta de la gente fue hermosa y a los jugadores le dije que esta cancha llena es mérito de ellos. Antes jugábamos con doscientos hinchas y ver ahora todas esta gente es una alegría, nos emociona. La gente debe saber que mis jugadores juegan para ellos", concluyó Tempesta.