Los puntanos que resistieron el Mundial de punta a punta

Viajaron con una ilusión, invirtieron en una calcomanía que dice “Sueño Mundial”  que pegaron en la parte trasera de la casilla rodante. Hoy, 33 días después, hicieron realidad el sueño de ver un Mundial, pero aún les queda el sueño de que Argentina gane el Mundial. Quizás ésa sea la explicación por la que Marcelo Bressán (25), Leandro Fernández (24), Agustín Quiroga (25), y Pablo Savaroni (25) decidieron que la calco sólo tenga dos palabras para leerla y agregarle el deseo como acción.
Los cuatro puntanos que partieron el 8 de Junio hacia Río de Janeiro, hacen base en Recreio, a unos 30 kilómetros del centro de la ciudad, en el único lugar donde permitían acampar con casilla.
“Estamos pegados al mar, nos despierta el ruido de las olas” dice Marcelo Bressán para envidia (sana) de dos periodistas que escuchan la conversación con el altavoz del teléfono y no pueden evitar rascarse la frente.
“Vinimos con la expectativa de quedarnos hasta el final del Mundial pase lo que pase. Después analizamos y pensamos: nos quedamos hasta que se quede la Argentina. Al final se terminaron dando las dos cosas”, soltó entre risas.
Para “resistir” y estirar el dinero, compran todo en el supermercado. Se unieron a un grupo de mendocinos y hacen comidas comunitarias a las que se suelen unir los encargados del camping. Pese a eso, Marcelo cree que ya gastaron unos 15 mil pesos en mercadería pero no se privan de nada: pollos al disco y asados son la base fundamental de su dieta durante este mes. El joven está seguro que al regreso la balanza acusará estos desarreglos.
La privación viene por el lado de las entradas, tenían la esperanza de ver más partidos pero sólo ingresaron, haciendo un esfuerzo muy grande, al que la Selección jugó frente a Irán en Belo Horizonte. Ése en el que Messi frotó la lámpara cuando la tarde se moría para darles una alegría que nunca olvidarán.  “Entrar a ese partido nos costó mil reales (unos 5 mil pesos)  y eso que era un partido de fase de grupos. No quisimos ni averiguar cuánto puede salir entrar a la final, el gusto de ver uno ya lo cumplimos”, dijo Marcelo que parece tener todos los números analizados.
La ecuación no está mal para ellos, disfrutan de las soñadas playas brasileñas durante más tiempo aunque a los partidos los vean en pantallas gigantes.
No tienen una cábala para ver los partidos. Van rotando el lugar donde lo miran, pero de algo Marcelo está seguro: “la final la vemos en el Fan Fest porque seguro habrá un festejo grande”, cerró el joven como presintiendo que se puede completar la frase.