Tras el domingo negro que provocó un centenar de muertos, Israel continuó con los bombardeos en la llamada operación "Filo Protector" que ya provocó la muerte de 508 palestinos y, por la respuesta de Hamas, de 15 israelíes.
La ofensiva contra el enclave palestino a orillas del mediterráneo, que desde iniciada la fase terrestre -el jueves pasado en la noche- sumó 200 muertos, es la más mortífera contra la Franja desde 2008.
Se profundizan los esfuerzos internacionales para que cesen las hostilidades.
Al menos once palestinos -entre ellos tres niños y una mujer- murieron en la madrugada en el bombardeo de una vivienda en la localidad de Rafah, ubicada en el sur del enclave, en la frontera con Egipto, informó la agencia de noticias palestina Maan, que agrega que aún se buscan sobrevivientes entre los escombros.
Otras 16 personas fallecieron en un ataque contra una vivienda en Jan Yunis, desde donde los servicios de rescate consiguieron por ahora recuperar trece de los cadáveres, agregó la agencia palestina.
La ofensiva contra el enclave palestino a orillas del mediterráneo, que desde iniciada la fase terrestre -el jueves pasado en la noche- sumó 200 muertos, es la más mortífera contra la Franja desde 2008.
A la cifra de fallecidos hay que añadir más de 3.000 heridos, lo que provocó que los hospitales gazatíes colapsaran por la cantidad insuficiente de medicinas, médicos y camas.
En tanto, la por ahora insuficiente presión internacional para que cesen las hostilidades se acentuó en las últimas horas cuando el Consejo de Seguridad de la ONU y el presidente de Estados Unidos Barack Obama, mostraron su "preocupación por el alto número de víctimas".
Obama llamó por teléfono al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para abordar la necesidad de un "alto el fuego inmediato", igual que el primer ministro británico, David Cameron, quien además mostró preocupación por las víctimas, según un portavoz de Downing Street.
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