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Iban a recuperar elementos robados y hallaron marihuana

Por redacción
| 24 de julio de 2014
Según los investigadores, Barroso usaba la licuadora para trozar la marihuana. | Gentileza URII

Los cinco policías de Villa Mercedes que despertaron a Víctor Santiago Barroso tenían una orden judicial que los respaldaba para escudriñar cada rincón de su casa y secuestrar un plasma, una computadora y un televisor robados, en caso de hallarlos. Ninguno de esos elementos estaba allí, y Barroso se desligó de la sospecha de ser vendedor de cosas ajenas. Pero ganó otra imputación, por infracción a la Ley de Estupefacientes: tenía casi un cuarto de marihuana repartidos adentro y sobre el techo de la vivienda. 

 

El martes, el mismo día del allanamiento, una mujer de 51 años fue a la Comisaría del Menor de Villa Mercedes. Le entregó a los policías dos plantines de marihuana. Explicó que los ejemplares eran de su hijo, un menor.


Barroso no fue el único detenido por el procedimiento realizado el martes a la mañana en la casa 915 del lote 90 del barrio Eva Perón I. Un amigo de él, Walter Antonio López, fue arrestado por golpear a dos efectivos, informó ayer el comisario Juan Carlos Acevedo, jefe de la Brigada de Investigaciones, a cargo del allanamiento. 
El amigo de Barroso reveló de entrada su antipatía por los uniformados: antes de pegarles, les había repetido a los gritos: “Váyanse ‘cobanis’, dejen vivir”, contó un agente. 
María Beatriz Salinas, la dueña de los tres electrodomésticos, hizo la denuncia en la Comisaría 9ª. Pero la Brigada de Investigaciones hizo las averiguaciones que indicaban a “el Planchado” Barroso, de 40 años, como el presunto “reducidor” de los bienes de los que fue despojada. El juez Correccional y Contravencional Santiago Ortiz, quien actúa como subrogante, los autorizó a revisar la propiedad del sospechoso, precisó Acevedo. 
Los investigadores irrumpieron a las 8:30, con el apoyo de efectivos del Comando Radioeléctrico, que iban en una patrulla. Cuando apareció la Policía, “el Planchado” le hacía honor al apodo: dormía, al igual que su mujer, Roxana Orellano, y los dos hijos de ella, que son adolescentes. “Se vio sorprendido. No se opuso a la medida, por eso pudimos trabajar tranquilos”, refirió. 

 


Adentro y a la intemperie
La inspección se hizo ante testigos. “En un modular, adentro de una taza, había una bolsita de nylon atada en la punta. La sacamos afuera, para verla bien. Tenía diez pedazos de marihuana. También vimos una licuadora que tenía un olor fuerte, el característico de la marihuana. Por eso por y la coloración que tenía el vaso, suponemos que la usaban para fraccionar la sustancia prensada”, informó. 
Los agentes se subieron al techo. Descubrieron dos bolsas transparentes con picadura de marihuana. Y hallaron un cuarto de ladrillo de la misma sustancia. 
Además, se incautaron de 500 pesos en billetes de 2, 5, 10 y 20 pesos. Para los agentes de la brigada, que Barroso tuviera “cambio chico” podría indicar que se dedica a comercializar droga. Pero el Área Drogas Ilegales no había investigado antes a “el Planchado”, confirmó una fuente. 
Ante el hallazgo de la marihuana, el personal de esa área se hizo cargo de Barroso. Lo llevaron a la dependencia, le abrieron una causa y quedó a disposición de la Justicia Federal. Horas después, recuperó la libertad, refirió el oficial principal Carlos Salinas, jefe de Drogas Ilegales. Su amigo López no corrió la misma suerte. 
Él vive a una cuadra de donde se hizo el allanamiento. Había llegado montado en una moto gris de 150 centímetros cúbicos. “Primero insultó a los policías, después se puso más violento e intentaron calmarlo. Cuando le pidieron los papeles de la moto, la tiró y corrió. En realidad, fue a buscar a amigos y familiares de Barroso. Vinieron siete personas”, dijo. La Policía pidió refuerzos: fueron cinco patrullas y una camioneta del Cuerpo de Operaciones Especiales (COE). 
Esa gente, “no causó mayor problema”, contó Acevedo. Quizás envalentonado porque no estaba solo, López le pegó una trompada en la boca a un efectivo de la brigada y golpeó en la cara a otro del comando que intervino. En ambos casos, quedaron con heridas leves. 
López fue reducido y trasladado a la brigada. Ayer, por orden del juez, seguía detenido. Está imputado por lesiones, amenazas, resistencia y atentado a la autoridad. 

 


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