Los vecinos del Paseo del Padre y de las calles Rivadavia, San Martín y Junín, donde la Intendencia capitalina peatonalizó y ensanchó veredas, deberán pagar una contribución municipal por mejoras, que llega en medio de fuertes caídas en la ventas. Los propietarios reconocen el avance, pero la obra no ha impulsado las ganancias comerciales de la zona, por lo que la nueva contribución municipal complicará la situación a la hora de renovar contratos de alquiler, tanto para propietarios como comerciantes.
"No es momento para que suban el alquiler. Al negociar el contrato va a aparecer el problema"
Hugo, dueño de un local de ropa de calle Rivadavia entre Pedernera y Junín, se quejó de lo inoportuno de la medida. “No es momento para que los propietarios suban el alquiler. El problema lo vamos a ver en la negociación que tenemos cada 6 meses”, avizoró. Para graficar explicó que el año pasado un día normal, al mediodía ya habían vendido 3 mil pesos, y que ahora a la misma hora las ganancias rondan sólo los 700 pesos. Además, recordó que durante la construcción de la peatonal sufrió grandes pérdidas y no hubo ninguna retribución. “Estuvimos a punto de fundirnos. Teníamos la calle cerrada. Rompían hasta tres veces la misma vereda que ya habían hecho. Lo que vivimos ese año fue una tortura. Nos arruinaban la mercadería con la tierra, no se podía trabajar”, describió.
El comerciante dijo que el estrés que vivió en esa etapa le dejó daños psicológicos, y que incluso, según su médico, la situación de tensión le despertó una grave enfermedad.
En el Paseo del Padre, Hilario tiene un comercio de comidas. Se animó a contar su experiencia, pero pidió no revelar la identidad de su negocio, porque aseveró que ha sufrido algunas persecuciones. “Esta obra nos perjudicó. Nos encerraron. Aguantamos 9 meses con grandes pérdidas, no nos reconocieron nada y encima ahora quieren cobrar más impuestos, cuando nunca pudimos recuperarnos”, remarcó.
Sergio, dueño del comercio de indumentaria Polo Sport, de calle San Martín entre Pedernera y Junín, dijo que se enteró de la nueva tasa por El Diario y que le parece “arbitraria”, porque el momento económico del país no es bueno. También indicó que le preocupa, como inquilino, “quién lo va a pagar”. El comerciante señaló que la obra le pareció acertada en cuanto a lo estético pero “con la vereda nueva las ventas no aumentaron" y que si bien hay más circulación de gente, la actividad igual ha bajado un 30 por ciento.
Julio, quien vive en la misma calle donde tiene la veterinaria El Cortijo, manifestó que como dueño de la propiedad se siente beneficiado, aunque se quejó de “lo mal hecha que está la obra”. Explicó que cada vez que hay lluvias fuertes la cuadra se inunda y que los vecinos abren las tapas de inspección para descomprimir el agua. En cuanto a las ventas, coincidió en que han bajado alrededor de un 40% a pesar de que hay más circulación en la cuadra.
En el recorrido del cronista de este medio por los locales se constató que los vecinos no fueron aún notificados oficialmente por la Municipalidad. Sin embargo, en el Boletín Oficial del Municipio capitalino del 13 de junio se publicó el detalle de la nueva contribución, que responde a la “plusvalía o el aumento de valor de las propiedades” comprendidas en las obras. Aunque no especifica cómo ni cuándo comenzará a cobrarse.
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