"Luca es muy alegre y siempre tiene una sonrisa para regalar"

El doctor Cristian Sánchez La Rosa fue uno de los disertantes de las segundas jornadas de Oncología Pediátrica, detección temprana y cuidados paliativos que organizó la Fundación Ángeles y auspició el Ministerio de Salud. Este especialista en Hematología y Oncología pediátrica es el médico que trata a Luca Senatore, el niño de 9 años que sufre de un linfoma de Hodgkin, y también de otros pacientes puntanos que tiene a su cargo en el Hospital de Pediatría "Juan Pedro Garrahan", en Buenos Aires.

“La detección oportuna de un linfoma es lo que nos lleva a encontrar la terapia adecuada”, dijo el médico.

“Luca es un chico muy alegre con muy buena actitud y predisposición hacia el personal que lo atiende. Siempre tiene una sonrisa para regalar, igual que su familia, que es muy agradable y colabora con todas las indicaciones. La verdad es que no ha tenido ningún problema desde que comenzamos con el tratamiento”, contó el profesional. También dijo que con ellos ha comenzado una relación especial y que hasta les tocó viajar juntos en el avión desde Buenos Aires, el viernes por la tarde.

Destacó que “ha respondido muy bien a la primera parte del tratamiento con quimioterapia alcanzando su aplicación completa. Esto quiere decir que no se ven evidencias de la enfermedad en su cuerpo”. Pero enseguida aclaró que “esto no quiere decir que ya esté curado. Ahora continuará con la terapia radiante, que es el uso de radioterapia para controlar lo que pudo haber quedado de la enfermedad”. Y que este procedimiento ahora lo realizan en el Hospital Garrahan de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El especialista indicó que la enfermedad que padece “es totalmente curable. Es más, el tratamiento que lleva adelante Luca no es para controlarla, sino para curarse. Porque tiene grandes posibilidades de lograrlo. Pero el lapso que se utiliza para decir que el paciente está curado, luego de iniciado el tratamiento, es de unos cinco años. Además, en el caso de Luca, sé que le quedan apenas doce días para terminar con la radioterapia”.

Respecto de cuándo podría empezar a retomar su vida normal, dijo que “lo ideal sería que cuando se cumpla un mes de terminado el tratamiento radiante se pidan nuevos estudios para ver cómo está la enfermedad. Y a partir de ahí, paulatinamente, comenzar a incorporarlo a sus actividades habituales de niño. Y eso incluye volver a la escuela, por ejemplo”.  

Sánchez La Rosa detalló que cuando un niño padece de cáncer se le provoca un cambio rotundo respecto de cómo vivía antes, “porque durante el tiempo que lo tratamos debe atenerse a restricciones tales como dejar el colegio. Tiene que seguir sus estudios en su casa o en la escuela hospitalaria, si tuviera. No puede estar en contacto con otros chicos, tiene una dieta muy estricta de comidas que no le permite comer verduras crudas y algunas frutas, sólo si están debidamente limpias y sin cáscara. No puede asistir a lugares con aglomeración de gente, no reciben las vacunas habituales, tampoco participan de juegos violentos, ni andan en bicicleta o triciclos porque deben evitar golpearse”.

Contó que hace cuatro años que trata a chicos de San Luis que son derivados a las clínicas donde él trabaja y que sufren enfermedades oncológicas: “En la actualidad, además de Luca, sigo a otro paciente  con leucemia linfoblástica aguda y un caso particular de santogloma diseminado, que es una enfermedad muy extraña. Y tuve la oportunidad de seguir a otros chicos que tenían tumores en el sistema nervioso y linfomas, que todavía están en la etapa de seguimiento de la enfermedad”.

Informó que según el Registro Oncohematológico del Instituto Argentino del Cáncer, que clasifica la incidencia de los tumores en  la población del país, “en primer lugar se ubican las leucemias, después los tumores del sistema nervioso y la tercer patología la ocupan los linfomas”. Y a la pregunta  de por qué un niño puede ser afectado por un cáncer, contestó que “no se saben cuáles son las causas. Pero se sabe que hay patologías que pueden generar predisposición a tener leucemias, como es el síndrome de Down".