Los vendedores ambulantes se resistieron a las inspecciones

ayer al mediodía unos diez manteros, protagonizaron incidentes en la esquina de Rivadavia y Pringles, en momentos en que la Municipalidad capitalina, mediante inspectores de Guardia Urbana y acompañados de tres oficiales  de la Comisaría 1ª procedían a realizar un control que podía incluir decomisarles la mercadería.
El suceso se inició cuando arribó personal de Guardia Urbana, que depende el Municipio, para realizar controles sobre la venta de mercadería en la vía pública   como parte de una serie de operativos que comenzaron la semana pasada y que continuarán. 
Los ambulantes ofrecían sus productos sobre la vereda izquierda del Banco Supervielle. En momentos que procedían a labrar un acta sobre un puesto en particular, ubicado al lado de un quiosco de diarios y revistas, los testigos relataron que  llegó  otro grupo de manteros que venían corriendo desde las calles Junín y Rivadavia. “Los inspectores y policías estaban actuando con normalidad, y aparecieron ocho o diez de otros vendedores que agredieron verbalmente al personal policial y a los miembros de la Guardia Urbana”, afirmó el secretario de Seguridad Ciudadana y Control Comunal, Ricardo André Bazla.
Los ambulantes, comenzaron a insultar a los inspectores que labraban actas de las mercaderías apócrifas y desconformes con esto comenzaron a arrojar al aire los Cds que tenían. En esos momentos la esquina ya reunía a varias personas que se habían acercado curiosas a ver lo que estaba sucediendo.
“Lo de arrojar la mercadería por el aire, son actitudes que ellos tienen. Lo que se pierde, prefieren que sea en la calle y no que se lo lleve la Municipalidad mediante los inspectores. Ellos dicen que optan por repartirla o regalarla. También al hacer un escándalo de esta índole, va a atraer a más gente. Fue una maniobra de distracción”, comentó el subjefe de la Comisaría 1ª”, subcomisario Roberto Molina.
Algunos manteros totalmente descontrolados empezaron a increpar a la Policía y a confrontarlos físicamente. La calle Pringles se lleno de peatones que juntaban los discos arrojados en forma de protesta y uno de los vendedores debió ser reducido por la Policía y llevado hasta la Comisaría 1ª por el estado de exaltación que tenía, pero este hecho sirvió para que se frustrara la continuación del operativo.
Molina también agregó que el vendedor no fue detenido, sólo se le tomaron los datos y se lo trató de contener. “Le explicamos que si ellos tienen algo que reclamar a la Municipalidad por la mala actuación de los inspectores o por cualquier irregularidad que surja, tienen todas las herramientas legales para exigirlo, pero no ir a la violencia en la vía pública porque cometerían otros delitos y de esa manera, sí se les iniciarían causas”.