Otro mal momento para un paciente del PAMI

La concepción clásica del sujeto paciente, como el enfermo que es sometido a un tratamiento médico, en la práctica, es arrastrada a la posición de adjetivo: “paciencia”, que por definición es la “capacidad para soportar con resignación desgracias, trabajos u ofensas”. 
Esa alteración gramática básica es la que parece afectar el servicio del Sanatorio Ramos Mejía, que no para de recibir quejas por la mala atención hacia sus pacientes, que en su gran mayoría son las personas que tienen la cobertura de PAMI.
La última desprolijidad registrada en la clínica de medicina privada la sacó a la luz un hombre. Furioso por la pésima atención que recibió su madre durante martes y miércoles pasados, Sergio López Fernández cargó contra el centro de salud por las largas esperas que su progenitora debió soportar durante esos dos días, que llegaron a ser de hasta tres y cuatro horas y media, en la primera ocasión sin que nadie de los que integran la institución médica se acercara  “a preguntarle si necesitaba agua, por lo menos”.
Tras la larga espera del martes en la guardia, con su madre aquejada por un intenso dolor, la tolerancia del hombre se agotó y finalmente se retiraron resignando la anhelada atención, la misma que aguardaban otras veinte personas. 
Al día siguiente (el miércoles) regresaron a primera hora, a las 8:05 y recién a las 12:30 un médico de apellido Ramírez indicó la internación de la señora. “A esa hora, se acercó el enfermero de guardia que se identificó como Juan y nos dijo que la llevaría a colocarle suero para internarla. Es así que la hizo entrar a un cuartito al lado de la guardia y me dijo (el enfermero) que me retire”, afirma López en su nota de reclamo
La indignación del hombre estalló cuando a la noche, ya en su casa, su madre le contó que el enfermero le exigió el pago de 50 pesos en concepto de la aplicación del suero, a lo que la mujer contestó que sólo tenía 20, menos de la mitad de lo que había solicitado. “Está bien con eso alcanza. Ahora usted va a ser muy bien atendida”, dijo Juan entusiasmado, el enfermero con atribuciones de recaudador.