"La Teoría de la Relatividad cambió nuestra concepción del Universo"

Cuando la realidad supera a  la ficción.  Albert Einstein tranquilamente podría haber escrito esta frase en el prólogo de la Teoría General de la Relatividad a modo de advertencia, porque sus explicaciones y descubrimientos  escapan a la lógica con la que se guía el pensamiento del común de los mortales:  rayos de luz que se curvan por efecto de la gravedad en cuerpos muy masivos, un tiempo que transcurre más lentamente  a altas velocidades y un espacio  que puede deformarse como un chicle. Para conocer sobre  las ideas revolucionarias del científico alemán, a cien años (Ver Dato) de la presentación de su obra maestra, El Diario de la República entrevistó a Antonio Ramírez Pastor, un científico puntano quien además preside la Asociación Física Argentina (AFA). El investigador afirmó que la  relatividad marcó un antes y un después en el entendimiento humano y que es una teoría con repercusiones incluso en la filosofía. 

—¿Qué es la Teoría de la Relatividad y por qué tiene tanta trascendencia?

— La Teoría de la Relatividad tiene una gran trascendencia porque cambió nuestra concepción del Universo. En 1905, bautizado por los físicos como el “Año Milagroso”, Einstein publicó una serie de trabajos que modificaron la ciencia. Uno de ellos tiene que ver con la naturaleza de la luz y los fotones,   otro con el movimiento  de las partículas y el tercero  con la Teoría de la Relatividad Especial. Einstein dijo que la  velocidad de la luz, que es de aproximadamente  unos 300 mil kilómetros por segundo, es constante. Eso tiene implicancias muy importantes. El reloj de una persona que se desplace a velocidades cercanas a la luz transcurre más lentamente y las distancias se acortan. Con la Teoría General de la Relatividad, Einstein amplia  su idea e incluye  la gravedad.  Unifica el tiempo y el espacio, que son conceptos inseparables. Vivimos en un espacio-tiempo, en donde hay cuatro dimensiones, tres espaciales y una temporal. Einstein postula que la gravedad es una consecuencia que se produce por la deformación de la geometría del espacio-tiempo ante la presencia de objetos masivos.  Es como si en un colchón colocaras una gran esfera de plomo, las cosas que están alrededor tienden a ser atraídas por esa esfera. Al resaltar la importancia de los sistemas de referencia no hay observadores privilegiados. Incluso partir de la relatividad comienzan a desarrollarse teorías filosóficas y psicológicas.

—¿Cómo se comprobó que las ideas de Einstein eran acertadas?

—La relatividad tuvo un gran impacto conceptual, pero además es   una teoría que pudo ser comprobada. En 1919 se sabía que iba  ocurrir un  eclipse de Sol y que se apreciaría muy bien en la región ecuatorial del planeta. Un científico inglés, Arthur Eddington, se da cuenta de que con este eclipse podía constatar si los rayos de luz procedentes de las estrellas se curvaban ante el campo gravitatorio del Sol. Las observaciones demostraron que Einstein tenía razón.

—¿Qué aplicaciones prácticas tiene la teoría?

—Para que el GPS funcione bien hay que sincronizar dos relojes, uno está en los satélites y otro  en la Tierra. El  que está en el satélite se mueve a una velocidad alta respecto al de la Tierra. Los relojes están en dos situaciones distintas de gravedad. Y la relatividad dice que el tiempo no sólo depende de la velocidad,  sino  también de la gravedad. Por eso es necesario hacer correcciones según las fórmulas de Einstein porque si no, no podrías tener precisión en las mediciones. Otro caso se da en la construcción de los aceleradores de partículas, donde deben considerarse las ecuaciones relativistas porque si no el sistema no funciona. 

—La teoría es útil para explicar fenómenos  en el que están involucradas grandes masas y velocidades. ¿Es también aplicable a  escala humana?

—En la vida cotidiana, para estudiar cómo es el movimiento de un auto de fórmula 1 o un avión, alcanza con la mecánica de Isaac Newton,  que hizo una contribución monumental. La física de Newton sigue siendo válida en el rango en el que nosotros nos manejamos diariamente. Recién cuando nos aproximamos a la velocidad de la luz las correcciones relativistas empiezan a ser necesarias. 

—¿Qué posibilidades deja abierta la relatividad?

—Un observador que viaje a velocidades cercanas a la de la luz percibe el tiempo más lentamente. Si desde la Tierra saliera una persona moviéndose a esas velocidades, al regresar podríamos decir que arribaría al futuro, porque un viaje de dos o tres años bajo condiciones especiales implicaría el transcurso de unos cien en la Tierra. También en cuerpos muy masivos, como los agujeros negros,  el tiempo trascurre con mayor lentitud.

—¿La famosa ecuación de Einstein E=mc2, que implica que la energía es equivalente a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado, deriva de la relatividad?

— Sí. La ecuación básicamente establece la posibilidad de convertir masa en energía y a la inversa. Es una de las bases de la energía nuclear,  la bomba atómica y los aceleradores de partículas. Igual hay que aclarar que esta ecuación de  Einstein no  origina las investigaciones que derivaron en el desarrollo de la bomba atómica. Ya se venían haciendo estudios sobre el tema, sobre todo en cómo generar reacciones en cadena.  A Einstein se lo asocia con la bomba atómica, pero siempre tuvo una postura pacifista.    

—Algunos dicen que la relatividad es una teoría tan original que si no hubiera nacido Einstein nadie la habría podido formular. ¿Usted coincide con esta suposición?

—La teoría es original y fue también original la forma en que Einstein llegó a sus conclusiones, con experimentos mentales en los que imaginaba que iba montado al frente de un rayo de luz. Él tenía la capacidad de relacionar cuestiones que  parecían tener ninguna vinculación entre sí,  lo cual es un rasgo de una gran inteligencia.  Pero en su tiempo había indicios de que algunos conceptos podían llegar a ser descubiertos. Si bien es una visión personal, creo que la ciencia es tan majestuosa que hubiéramos arribado a definiciones similares a las que llegó Einstein.