Casi muere electrocutado un músico en un bar de la Illia

Pudo ser una desgracia, pero la evitó un acto heroico. El viernes de la semana pasada, Federico Goria, guitarrista y cantante, tomó su Fender Telecaster para dar un concierto con su banda Punto Caramelo. Llovía copiosamente y el agua se coló sobre el escenario en el bar Anarquía Next. Cuando el músico se posó en una columna para subir a tocar, recibió una fuerte descarga eléctrica durante 10 segundos, hasta que el bajista, Diego Cabrera, tras varios golpes lo despegó y le salvó la vida sin medir que se exponía también a un grave riesgo.

En octubre de 2014, el Municipio clausuró el mismo bar por venta de alcohol a menores.

Goria explicó que el recital lo organizó la banda Scaloña (ex Calle 63) y que por la tarde, durante los ajustes de sonido, comenzó a llover, y cuando culminaba la prueba ya goteaba sobre la plataforma. “Tuvimos que correr los pedales hacia donde no se mojaran, ya estaba llegando gente, así que La Forá -otro grupo invitado- subió a tocar, y la lluvia se ponía más intensa. Mientras ellos tocaron, el lugar se fue llenando de agua que entraba por una puerta que daba al patio”, describió.

Cuando La Forá cerró su presentación, Goria y sus compañeros se dispusieron a desplegar su show y se produjo el incidente que podría haberle ocasionado la muerte a él y a su colega. “Cuando subimos a tocar, luego de acomodar los pedales, y con la guitarra en la mano derecha, me afirmé con la izquierda en una columna de hierro para empujarme y subir medio metro hasta el escenario y quedé pegado. De milagro sólo me sujeté con la muñeca porque no quería mancharme los dedos para tocar, si me hubiera sujetado con la mano, se hubiera contraído por la electricidad y agarrado al caño: vaya a saber qué pasaba”, relató.

El músico cuestionó la seguridad del lugar, ya que con el grave incidente que vivió no se interrumpió la electricidad con un disyuntor y se quejó de la reacción de los propietarios, que no le brindaron asistencia de ningún tipo. “Eso es lo que más bronca me dio. Nadie vino después, ni el dueño, ni nadie del bar a ver cómo estaba. Estuve 30 minutos sentado en una silla, ni siquiera llamaron una ambulancia por prevención. El dueño se preocupó más por el porcentaje de las entradas, que por un tipo que casi se muere en su local”, disparó. También, señaló que no sólo estuvo en riesgo su integridad física, sino la de las demás personas que estaban en el establecimiento, sobre todo, la de su compañero. “Podría haber sido un desastre. Esa noche pudo haber varios electrocutados: los músicos, los sonidistas, inclusive el público”, consideró.

En un comunicado de la Unión Sanluiseña de Músicos Independientes, se denuncia públicamente el hecho y se exige a los propietarios de locales donde se hacen espectáculos, que cumplan con las reglamentaciones de seguridad y advierten con iniciar acciones legales ante casos similares. El escrito lleva la firma de Goria, como vocal.