Las calles de San Luis tienen una nueva atracción, las ratas. De todos los tamaños, estos roedores recorren las calles y comen de las bolsas de basura. Hace un mes, comenzaron a aparecer en las plazas Independencia y Pringles. Ahora, los vecinos del pasaje Juan W. Gez, entre Hipólito Yrigoyen e Ituzaingó aseguraron que tienen una plaga hace casi tres meses. Aparecen durante la noche y pasean por la medianera de las casas. Señalaron que miden hasta 20 centímetros. Cansados de no poder abrir las puertas ni ventanas para evitar que entren, 15 de ellos firmaron y presentaron ayer una nota a la Municipalidad para solicitar una desratización. Suponen que provienen de una casa abandonada y de una playa de estacionamiento ubicadas a la vuelta del pasaje.
“Fui a Mesa de Entrada y me dijeron que le iban a hacer llegar la nota al Intendente pero mucho no les creí. Me costó mucho tiempo hacer el tramite así que espero una solución”, manifestó Mirna Samper de Muñoz y añadió que si no obtenía una respuesta iba a extender su queja también a las radios.
La vecina que hizo el reclamo dijo que la motivó ver a los bichos invadir su hogar y las calles. “El otro día leí que el secretario de Medio Ambiente Municipal aseguraba que el control de las plagas le correspondía al gobierno provincial. Eso quiere decir que no van a hacer nada”, dijo Mirna.
Los vecinos del pasaje creen que los animales comenzaron a aparecer con mayor frecuencia con el inicio del verano. “Comencé a verlas antes de las lluvias y siempre caminan por la medianera durante la noche”, dijo Ceccil Muñoz, vecino.
Afirmó que la idea de presentar una nota es para que realizaran una acción coordinada y técnicamente correcta para erradicar a los roedores completamente. “Los vecinos podemos colocar veneno para ratas para evitar que entren a las casas, pero eso no soluciona nada. Cada uno usa un tipo distinto, yo por ejemplo, compré uno que los seca y evita que se descompongan cuando mueren” contó Ceccil y agregó que “otros, prefieren las trampas pero son tan grandes que las rompen”.
Los roedores que se muestran cuando baja el sol, son de todos los tamaños. “Hay lauchas y hasta pericotes, los más grandes miden al menos 20 centímetros. Yo no puedo abrir las ventanas del patio ni la puerta porque se meten”, aseguró Elba Olguín. La vecina relató que hace unos días estaba conversando con una amiga cuando de repente salió una rata moribunda en la calle y unos chicos la mataron. “No reaccionaba, estaba como atontada y no se podía mover”.
En el patio de su casa, Elba tiene un parral y tuvo que cortar todas las uvas porque las ratas paseaban por la puerta de su casa. “Yo compro la caja de veneno y me dura dos semanas. Pongo el alimento en el patio, cerca de las plantas y siempre encuentro excremento en la ventana de la cocina”, afirmó.
La mujer decidió que el próximo año va a tener que sacar el parral. “Es una pena porque me da sombra a la siesta pero es horrible escuchar que las ratas andan merodeando”, lamentó.
Según los residentes, los roedores provienen de una playa de estacionamiento y una casa abandonada, ambas sobre Lavalle. “Yo siempre veo que aparecen por la medianera y vienen por el baldío. En mi casa pusimos veneno pero siguen apareciendo igual”, comentó Nazarena Gómez. También señalaron que los dos container de basura, ubicados sobre la calle los atraen debido al olor provocado por la falta de limpieza.
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