Otra vez los dueños de las dos librerías de la ciudad empezaron a sacar cuentas para ver si les conviene poner a la venta los textos escolares debido al problema que los afecta desde hace diez años: la deslealtad comercial de las propias editoriales que van a los colegios a vender sus manuales. Pablo Anello (Librería Anello) y Susana Bustos (Babel) le presentarán esta semana una nota al gobernador Claudio Poggi donde le solicitarán una audiencia, “para que se cite al ministro de Educación, a la Dirección Provincial de Rentas, a la Afip y si es posible a un representante del Municipio, que es el encargado de dar la habilitación comercial, para que controlen este procedimiento que para nosotros atenta contra el Código de Comercio. Porque se trata lisa y llanamente de deslealtad comercial”, anunció Anello. Y enumeró que las editoriales involucradas son: Santillana, Puerto de Palos, SM Editores y Estrada. “Si yo pago los impuestos no puedo además andar haciendo el trabajo de un inspector que debe controlarlos, como lo hacen todos los años conmigo Rentas, Afip y la Municipalidad que vienen a ver si tengo todos los papeles en orden”, se quejó.
Según el librero “los dos estamos establecidos comercialmente en la provincia con habilitación municipal, controlados por Ingresos Públicos y con empleados en blanco como lo exige la ley, y resulta que hace años que sufrimos esta deslealtad comercial por parte de las mismas editoriales que no están establecidas comercialmente, no facturan, no tributan y venden los mismos manuales que nosotros. Con la diferencia que ellos lo hacen en negro”.
Contó con mucho desagrado que en esas ventas, “a los padres les dicen que les hacen un diez por ciento de descuento, pero como no saben realmente el valor del manual, resulta que se los cobran cinco pesos menos que nosotros. Y encima cuando les piden boleta no les dan y les aclaran: 'Si tienen algún problema vayan a Anello que él les hace cualquier cambio'”.
El hijo del legendario librero Felipe Anello denunció que el año pasado descubrió que en horas de la siesta, “la editorial Puerto de Palos llegó a la Escuela Normal Mixta, instaló unas mesitas y se puso a vender los manuales. Aparentemente debe haber algún arreglo entre el colegio y la editorial que debe incluir la donación de ejemplares para su biblioteca. Por eso queremos hablar con el ministro Marcelo Sosa sobre esta situación, porque yo tengo entendido que antes de la implementación de la Ley Federal de Educación estaba totalmente prohibido realizar actividades comerciales en las escuelas de la provincia”.
También recordó que la ciudad de San Luis llegó a tener cinco librerías y en los últimos años quedaron sólo dos. “En Villa Mercedes se cerraron las que había porque en un garaje se vendían los manuales de Santillana”. Y se preguntó angustiado: “¿De qué nos sirve a nosotros estar establecidos comercialmente si la provincia no nos protege? A mí me convendría alquilar este local y poner los libros en un galpón y venderlos en los colegios o por internet. De esa manera no tengo que facturar, ni pagar ningún tributo”.
Otro problema que arrastran es el precio de tapa de cada ejemplar: “Las dos librerías estamos haciendo un sobre esfuerzo para venderlo al mismo precio que en Buenos Aires. Porque si uno quiere hacer la prueba, intente comprar un libro a través de Cúspide por internet y verá que se lo van a cobrar al mismo precio que acá y además le sumarán el gasto de envío. Eso quiere decir que nosotros estamos absorbiendo el valor del flete”. Y aclaró que no tienen problemas en que las editoriales vengan a San Luis, "pero en las mismas condiciones que nosotros", pidió.


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