La sucesión de extrañas coincidencias que hubo el miércoles a partir de dos allanamientos hizo que la Policía casi le sintiera el olor a Jonathan Vogel, el condenado por homicidio y supuesto jefe narco que escapó de la cárcel provincial hace 16 días. Cuando revisaban las casas de dos mujeres sospechosas de haberle prestado colaboración al prófugo, en uno de los domicilios apareció un pariente del hombre que había recibido en su vivienda la cómoda en la que Vogel iba escondido al salir del penal.
Los investigadores de la Subcomisaría 23ª de San Luis le solicitaron al juez en lo Correccional y Contravencional Marcelo Bustamante Marone la orden para revisar ambas viviendas. Días atrás “hubo una mesa de trabajo de la que participaron el jefe de la Policía –Diego Pagella–, las brigadas de calle de otras seccionales y otras áreas de la fuerza, como la División Homicidios, Toxicomanía y Delitos, que colaboran con nosotros en la búsqueda de Vogel. Surgen datos en la calle, se procesan y analizan y se le informa y consulta al juez", resumió el jefe de la Subcomisaría 23ª, comisario inspector Gustavo Ríos.
Los últimos datos –que llegaron luego de cuatro allanamientos practicados el sábado a la madrugada en Villa Mercedes– indicaban que dos mujeres habrían ayudado al condenado a conseguir dónde ocultarse. El magistrado evaluó la información obtenida y el pedido de la Policía para allanar sus domicilios. Y dio el visto bueno.
Las presuntas cómplices también han sido investigadas por delitos. Una es Rosario Edith Valenzuela, conocida en su barrio, el Rawson de San Luis, como “La Charo”.
En abril de 2011 fue detenida después de que una joven estudiante universitaria muriera como consecuencia de una infección por un aborto que, según las averiguaciones, ella le había practicado. Y antes, a “La Charo” ya le habían abierto una causa por las lesiones con las que quedó una adolescente que también se sometió a un legrado ilegal.
Hace casi cuatro años, al instruir el sumario por la muerte de la universitaria, la Policía allanó la casa de “La Charo”, en inmediaciones al Corralón Municipal, recordó una fuente. Es la misma que revisaron el miércoles cerca del mediodía tras la pista de Vogel, aseguró. Pero “La Charo” no estaba allí.
En simultáneo, otro grupo de efectivos llegó a lo de Eliana Claudia Manzur, juzgada y absuelta por el homicidio de su marido Julio Ceferino Lucero. Su casa está en el paraje San Antonio, entre el kilómetro 902 y 903 de la ruta nacional 147. La propietaria tampoco estaba. Pero los uniformados se llevaron una sorpresa: encontraron allí a “La Charo”. No fue lo único que les pareció, cuanto menos, raro.
“La Charo” dijo poco: sólo que Manzur estaba en San Luis y que ella había quedado al cuidado de la propiedad. Los efectivos desarrollaban el operativo cuando Luis Alberto González paró su camioneta Chevrolet con verduras frente a la propiedad de Manzur, en la que funciona una gomería.
González es primo de Santos Fabier Cortez, el verdulero que recibió el mueble del que Vogel se valió para irse del penal y que fue procesado la semana pasada como supuesto colaborador en la evasión. La presencia de González y de un sobrino de él que es de Mendoza bastó para que la fuerza montara un rastrillaje en toda la zona. A Vogel lo buscaron hasta con perros adiestrados de la Sección Canes.
La pesquisa fue infructuosa: no lo hallaron. Pero las mujeres y tío y sobrino fueron demorados para averiguarle los antecedentes. Ayer, al cierre de la edición, se estimaba que todos recuperarían la libertad.
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