Arrancó la cosecha de soja y maíz

Los cabezales ya comenzaron a rodar en la zona agrícola central, donde los primeros lotes señalan picos de rendimiento de hasta 3.500 kilos por hectárea en cultivos de soja en secano y de hasta 6.500 kilos por hectárea en maíz. En una campaña caracterizada por las temperaturas equilibradas, abundantes lluvias y una relativamente escasa incidencia de plagas, los resultados finales, tanto en cantidad como en calidad, terminaron por beneficiar a las siembras tardías. Así lo señaló Ramiro Goncalvez, ingeniero agrónomo y asesor en campos del triángulo formado por El Amparo, Granville y Charco de los Perros.     

A diferencia de campañas anteriores, en las cuales prevaleció la oleaginosa, el último ciclo tuvo una superficie pareja de soja y maíz. No pasa en el resto del país.

El área con mayor régimen de precipitaciones (más de 700 milímetros por año) que abarca a los parajes agrícolas de El Amparo, Cuatro Esquinas, La Petra y La Cumbre, fue la que alcanzó también los techos más altos de rendimiento. Los primeros lotes de soja temprana, en secano, sembrada en octubre, arrojaron entre 3.000 y 3.500 kilos por hectárea, mientras que los de maíz, también en secano e implantados en la misma fecha, oscilaron entre 5.500 y 6.500 kilos por hectárea.

Un poco más al sur, la zona que incluye a Eleodoro Lobos, Granville y Juan Llerena, también alcanzó buenos promedios, aunque ligeramente inferiores a los de la zona anterior. La soja en secano marcó entre 2.200 y 2.500 kilos por hectárea y el maíz, entre 5.000 y 6.000 kilos por hectárea, mientras que la soja bajo riego tuvo un rendimiento de entre 4.500 y 5.000 kilos por hectárea. Esta zona agrícola recibe alrededor de 500 y hasta 600 milímetros de lluvia anuales.

En Charco de los Perros y área de influencia, la zona central menos beneficiada por las precipitaciones, todavía faltan entre 15 y 20 días para comenzar la trilla, ya que allí todos los cultivos son tardíos.

Soja

Goncalvez señaló que en la zona central lograron terminar la campaña sin necesidad de aplicar insecticidas (debido al bajo umbral de acción de las plagas), ni fungicidas (a pesar de las exaltadas marcas de precipitaciones registradas durante febrero); y recordó que ahora comienza la cosecha de grupos largos (IV largo y V corto) sembrados en noviembre. Recién en los próximos 15 días iniciarán el grueso de la trilla de la oleaginosa.

“Las temperaturas medias, la humedad ambiente y el escape a la probabilidad del 50 por ciento de riesgo a sufrir heladas tempranas permitieron la normal entrega del cultivo sin que llegara a arrebatarse”, expresó el técnico, y señaló que, en general, los rindes estimados rondaron entre los 2.500 y 3.500 kilos por hectárea para la zona centro, sin considerar los lotes que fueron severamente castigados por el granizo.

Maíz

Los lotes sembrados en fechas tempranas (antes del 15 de noviembre), culminaron su ciclo de desarrollo y hoy se encuentran en la etapa de pérdida de humedad, para alcanzar el parámetro del objetivo comercial.

El asesor dijo que esperan que el rendimiento promedio de las siembras tempranas alcance la media del centro de la provincia al momento de la recolección, es decir, alrededor de 5.500 kilos por hectárea. Por otro lado, el rinde para siembras tardías (luego del 15 de noviembre y antes del 5 de diciembre) debería superar con comodidad la marca media del rendimiento del cereal (cerca de 5.700 kilos por hectárea).

“Hoy, el grano de los maíces tardíos se encuentra en estado pastoso-duro (media línea de leche) dando lugar a los últimos lotes de picado para producción de forraje. Los rendimientos barajados para la opción picado rondaron las 35 toneladas, con un porcentaje de materia seca del 35 por ciento”. A pesar del dato alentador, las variables económicas del mercado no ayudan: “El bajo precio del mercado desalienta a los productores a entrar a probarlos con la cosechadora”, explicó Goncalvez.