Denunciaron a una escribana que presuntamente certificó la firma de dos muertos

La escribana investigada una supuesta certificación de una firma falsa, estampada en un poder usado para que una persona vendiera un terreno ajeno sin autorización del dueño, fue denunciada ahora por certificar la firma de dos muertos. Y es probable que, en el mismo caso, haya legalizado la rúbrica de una tercera persona ya fallecida.
La nueva presentación contra la notaria Sara del Carmen Quevedo Quiroga de Chávez fue hecha días atrás ante la fiscalía de instrucción Nº 3, de la fiscal Elizabeth Giménez, por una vecina de El Trapiche, Luisa Rita Torres, reveló ayer el abogado Guillermo Celi, que patrocina a la denunciante junto a su colega Emanuel Curi.
Quevedo Quiroga de Chávez y sus dos escribanos adscriptos están abarcados por la investigación que lleva adelante el juez Penal Nº 1 de San Luis, Sebastián Cadelago Filippi, a partir de la denuncia que hizo Jorge Mario Saporiti en enero del año pasado.
Saporiti tenía un terreno de ochocientos metros cuadrados en Potrero de los Funes. En 2014, cuando fue a Rentas a buscar la boleta del impuesto inmobiliario, le informaron que la propiedad ya no estaba a su nombre, sino al de José La Guardia.
Rastreó la transferencia y se enteró de que La Guardia se lo había comprado a Pablo Matías Villegas, supuesto apoderado de Saporiti, que para vender el lote ostentaba un documento presuntamente firmado por el dueño de la propiedad, autorizándola a negociarla en su nombre.
A ese poder ilegítimo le habían certificado la firma trucha en la escribanía de Quevedo Quiroga de Chávez.
Ahora, mientras esperan una pericia sobre dos computadoras secuestradas de las escribanías, para saber si una de ellas fue usada para hacer la escritura falsa, se suma una nueva acusación contra la notaria cuestionada.
Rita Torres pretendía obtener el título de propiedad, por posesión veinteñal, de un lote ubicado al lado de su casa, en la avenida San Martín de El Trapiche.
Cuando fue a la municipalidad a hacer visar el plano de mensura le dijeron que no podía hacer el trámite “porque Cristian Aguilera dice haber adquirido el terreno”, expuso Torres en la denuncia penal.
“Para alegar su propiedad, Cristian Aguilera presentó un boleto de compra venta de fecha 26 de marzo de 2012, según el cual él le habría comprado el lote a Fernando Luis Terranova”, señaló Celi.
“A su vez, hay otro boleto de compra venta según el cual Terranova había recibido la propiedad de manos de su antiguo dueño legítimo, José Bohé, que era de Mendoza”, agregó.
“Ese documento, en el que también aparece la supuesta firma de la esposa de Bohé, Blanca Teresa Rivas, tiene fecha 19 de setiembre de 2006. Pero resulta que Bohé murió en 1992 y su mujer, en 1985”, dijo el abogado.
Torres y sus abogados acompañaron la denuncia penal con copias de los dos contratos y del certificado de defunción expedido por el Registro Civil de Mendoza, que corrobora la muerte del titular registral del terreno, Bohé, producida por un accidente cerebral a las 5:30 del 2 de diciembre de 1992. Es decir, catorce años antes de que la escribana certificara como suya una firma estampada en el boleto de compra venta.
“Por un momento pensamos que el vendedor que figura en el boleto de 2006 podía ser José Manuel Bohé, hijo de José Bohé, pero nos comunicamos con él y nos explicó que no ha hecho ninguna gestión relacionada con el terreno que había sido de su padre”, señaló el letrado. 
“Además –agregó–, lo más importante es que en el documento de compra venta figura el número de libreta de enrolamiento de Bohé. Y es el mismo que consta en el certificado de defunción”.
“Fernando Luis Terranova también ha muerto y todavía no tenemos el dato de cuándo falleció. No vaya a ser que para la fecha en que supuestamente firmó los boletos, él tampoco haya estado con vida”, dijo el abogado.