Ilusión de amor: entrevista a Daniel Fanego

Daniel Fanego y Vando Villamil pasarán el fin de semana en San Luis. Esta noche “Cartas de la ausente”, la obra que protagonizan, se presenta en Villa Mercedes y mañana llegará al auditorio de la Universidad Nacional a las 22:00.
La historia muestra a dos entrañables personajes de los años ’30 en Buenos Aires: doña Elvirita y Rufino, un cincuentón que pasó los últimos diez años de su vida preso en Ushuaia. Una vez fuera, el hombre fue a buscar a Luli una muchacha que nunca vio y con quien mantuvo una relación amorosa a través de cartas. 
Villamil es Rufino y llega a la casa del personaje femenino con la esperanza de encontrar algún recuerdo de su joven enamorada, que ya no está. 
Desde Buenos Aires, Fanego, que compone a doña Elvirita, dio a ETC un anticipo de la obra que le permitió ganar el premio “Luisa Vehil” como mejor actor.

—¿Qué recuerdos tiene de anteriores presentaciones en San Luis?
—Fui hace unos años con “Rotos de amor”, que hacíamos con Patricio Contreras, Claudio Rissi y Victor Laplace, dirigidos por Daniel Suárez Marzal. Ésta será mi segunda oportunidad con el motivo del teatro, he ido a hacer películas antes.

—¿Y cuál es la sensación que quedó de aquella vez?
—Siempre cuando uno tiene la felicidad de andar por las provincias descubre un público muy diferente, un poco maravilloso. En las provincias hay calidez, se muestra la expectativa y gratitud de la gente.

—¿Cuál es el género definido de “Cartas de la ausente”?
—Encasillar es siempre peligroso, como lo es generalizar. Fue originalmente un melodrama, ésa es la matriz del material. Pero es básicamente la historia de dos personajes que viven la ilusión del amor.

—¿Es el primer papel que protagoniza representando a una mujer?
—A comienzos de mi oficio, allá por el año ‘79 u ‘80, hice en el Cervantes una pieza de Ben Jonson, un casi contemporáneo de Shakespeare, en el que interpretaba a un joven al que disfrazaban de mujer.

—¿Qué fue lo más difícil en la composición del personaje?
—Tratar de abordar el espíritu femenino para un hombre es prácticamente imposible porque las mujeres tienen una emotividad completamente diferente al humano masculino. 

—¿Está sólo abocado a este ciclo teatral?
—Estoy a punto de acordar para hacer una película, y algo más de teatro. Pero estoy ocupado en el próximo festejo de quince años de “Teatro por la identidad”. Un ciclo para afirmar y seguir con la búsqueda de los jóvenes que aún permanecen en una nebulosa.