Hace exactamente tres años, Ginette Marilyn Cejas fue hallada muerta, con un disparo en la cabeza, en un departamento sobre calle Martín Güemes de la capital puntana. Junto a su cuerpo estaba la pistola 9 milímetros de su novio, un oficial de Policía que en ese momento trabajaba en el Comando Radioeléctrico. La hipótesis que siempre manejó la investigación fue que la joven, que tenía 23 años, se había descerrajado un disparo en la sien izquierda por una pelea que había mantenido momentos antes con su pareja. Los padres de la víctima siempre dudaron de esa historia y aún insisten en que a Marilyn la mataron. Tan fuerte es su sospecha que el 18 de junio de este año lograron que la Cámara del Crimen Nº 2 ordenara desarchivar la causa, que el juez Penal Nº 2, Jorge Sabaini Zapata, había decidido no continuar en setiembre de 2014. “La perdimos. Ella ya no está, pero dejó dos hijitos y creemos que ellos tienen el derecho de saber un día qué pasó realmente con su mamá”, dijeron los padres de la víctima en una entrevista con El Diario.
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