Las ratas coparon un sector del barrio Manuel Lezcano

Según la Real Academia Española, son mamíferos roedores de aproximadamente treinta y seis centímetros, de cabeza pequeña, hocico puntiagudo, cola larga y pelaje gris oscuro. Pero seguramente a los vecinos del barrio Manuel Lezcano no se les viene a la mente esa definición tan precisa cuando las sorprenden escondidas en algún sector de su casa o las ven hacer rápidas carreras para cruzar la calle o el cableado de la luz. Y es que el vecindario está copado por las ratas; así lo aseguraron los puntanos que viven cerca de la escuela "Pancha Hernández", quienes ya no saben qué producto utilizar para espantar a los indeseables animalitos.

Esta nota fue originada por un mensaje de Sonia Gatica que llegó al WhatsApp de El Diario. Agendalo: 2664 658902

“A la noche no podemos dormir porque oímos el ruido de los ratones. Les ponemos trampas, miramos en internet qué podemos usar para eliminarlos. No podemos tener la puerta ni siquiera un poco abierta porque se meten. Es terrible convivir con estos roedores y encima son enormes”, dijo Sonia Gatica, quien comentó que gastó un montón de dinero en veneno y hasta probó en colocar en diferentes puntos de su hogar una mezcla de harina y bicarbonato, porque había leído que al ingerir la preparación, se morían. Pero nada resultó: “Supongo que se lo comen, las mata  y vienen otras, porque nunca dejaron de aparecer”.
Sonia vive en la calle Miguel Cané, uno de los laterales del colegio "Pancha Hernández", y no es la única que hace malabares para librarse de las ratas. Hace unos días salió a la vereda y vio a uno de sus vecinos sacando a escobazos a un pericote que se había metido a la vivienda. 
Otra de las habitantes de la cuadra que se llevó una sorpresa poco grata con los “intrusos” fue Claudia Garro, quien contó que iba a llevarle unas empanadas a una señora que vive cerca de su casa. En medio del camino escuchó un ruido, miró hacia arriba y encontró un ratón inmóvil apoyado en el tendido eléctrico. “Parecía que hasta me miraba con gracia el bicho. Grité y salió mi amiga y también lo vio. Cuando lo llamé a mi marido para que hiciera algo, ya se había ido”, recordó.
Si bien todos los puntanos consultados por este matutino estaban al tanto de las reiteradas visitas de los roedores por los hogares de la zona, ninguno tiene certeza de por qué aparecen de forma constante y cada vez son más. Para Gatica, provienen de la escuela, ya que varias veces las encontró metiéndose por el alambrado del patio del colegio y luego por el portón de ingreso. Lo mismo aseguró Alicia, otra vecina de la calle Miguel Cané, quien comentó que los animales llegaron hasta su cocina. 
“Creo que pasa mucho por la conducta de la gente. Aparecen con desperdicios y los tiran en la vereda o en un descampado, sin preocuparse si falta poco o mucho para que pase el camión. Hay que tratar de poner todo en bolsas y dejarlo en la calle cuando está por pasar el basurero”, comentó Oscar, el marido de Claudia.
Además, afirmó que hace un tiempo el Municipio se acercó para llevarse los residuos y desinsectar, pero sólo cuando alguien del barrio se comunicó con la Comuna. Y reconoció que en la última invasión de roedores nadie se acercó a la Intendencia para avisarles que están tapados de ratas. 
Las ratas no sólo eligen pasear por los accesos del barrio Manuel Lezcano. También eligen darse una vuelta por el centro y hasta tomar clase. Y es que las autoridades de la escuela "Paula Domínguez de Bazán" comunicaron que suspenderán las clases el lunes porque el fin de semana realizarán una limpieza en el edificio. La decisión llegó después de que los docentes de nivel inicial encontraran rastros en las aulas, vieran un pericote en la estantería de los juguetes y varios padres decidieran retirar a sus hijas del colegio hasta que desaparezcan.