Todo transcurría con total normalidad. “Los Puntanitos”, el equipo de San Luis, goleaba 3-0 a un conjunto de Villa Mercedes, y cuando el árbitro Maximiliano Albello estaba a punto de dar el pitazo final, el arquero villamercedino reaccionó contra un jugador de San Luis, y automáticamente se armó una verdadera batalla campal, en donde todos peleaban contra todos.
La peor parte de esta gresca se la llevó Ezequiel Sosa. El joven de 16 años que vive en el Volcán y que al menos hasta esta mañana estará internado en observaciones junto a su familia, cayó al piso producto de un golpe que recibió en su espalda, y segundos después, el jugador contrario que llevaba la camiseta número 14, tomó distancia y, con la misma demencia con la que despejaría una pelota de su área, pateó la cabeza del puntanito.
Según le contó a El Diario Osvaldo Ledesma (DT de Sosa), él fue el primero en llegar a la escena y junto a Carlos Lago (su preparador físico) y Germán Urela, kinesiólogo de Candelaria, fueron quienes asistieron al chico, que en ese momento ya presentaba síntomas de convulsiones ya que despedía sangre de su boca.
Por suerte, ellos como profesionales del deporte reaccionaron a tiempo, y supieron que hacer con Ezequiel, quién una vez recuperado, tuvo que esperar la llegada de la ambulancia.
¿Y los rivales? Salieron corriendo hacia la camioneta, y según informaron fuentes que estaban en el lugar, en el mismo momento en el que quisieron escapar hacia Villa Mercedes, la policía los interceptó, los detuvo y les tomó declaraciones a los protagonistas de una mañana, que por esas cosas del destino, tuvo un final feliz.
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