Ratas: los invasores hicieron escala en Chacabuco y Balcarce

Escuelas, plazas y barrios. Últimamente ningún espacio parece estar libre de la presencia de roedores. Esta vez tocó en Chacabuco y Balcarce. Como parte de la rutina diaria, los vecinos contaron que cada noche colocan veneno y trampas en cada rincón. No faltó el que mostró fotos de las alimañas muertas. Algunos de los consultados creen que vienen del cementerio San José o de los baldíos y otros que son las ratas que escaparon de la plaza Independencia. Mientras siguen gastando en métodos para exterminarlas, esperan que la Comuna actúe.  
“Hace un mes tenía una jaula enorme con canarios en el patio. Una mañana me levanté para darles comida y no había ninguno. Ni las plumas. Cuando miré había un hueco en la red y ahí me di cuenta que los roedores se lo habían comido”, contó Carola Casagrande de calle Balcarce. “Empecé a poner trampas y no tuve que esperar mucho, al otro día tenía un ratón del tamaño de Mickey. Ahora todos los días pongo veneno en las macetas y en las ventanas. Ya lo incluí en el presupuesto mensual. Llamé al 0-800 de la Municipalidad, pero nunca vi ningún empleado por acá”, agregó.
Los vecinos manejan varias hipótesis sobre la procedencia de las ratas. La mayoría piensa que los roedores vienen del patio del Club Sanmartiniano, en calle Chacabuco. Pero están los que dicen que provienen del cementerio o que son las que sobrevivieron a las fumigaciones veraniegas de la plaza Independencia. 
Osvaldo Balmaceda, que trabaja hace 24 años en el cementerio, dijo que en el lugar sólo hay gatos, tantos que es imposible que haya roedores. “La limpieza aquí es fundamental, yo no he observado nada sospechoso y los visitantes tampoco”, aseguró. 
Susana Vissio, que vive al lado del Club Sanmartiniano expuso: “Ya me cansé de todo. Me quejé, llamé por teléfono y nunca vino nadie. Las ratas andan como panchas por su casa, ya ni en el día se esconden. Las podes ver en las rejas, en los cables, en todos lados. Lo peor es que son enormes, ni a los gatos les tienen miedo. Al igual que los demás tengo que poner veneno en toda mi casa”. 
 Pero no todos se quejan  por la invasión. Sandro Pérez, encargado de la casa de control de plagas Conservar, dijo que desde hace tres meses las ventas de veneno aumentaron un 30 por ciento. “Hay épocas en que nuestros principales compradores son los comercios o las fabricas. Esta vez las adquisiciones son todas para casas de familias. Vienen a consultar qué método es mejor y me traen fotos”.