Nofal: "El gesto es bueno, pero luego la ayuda no debe decaer"
La imagen del cuerpito de Aylan Kurdi boca abajo, empapado, sin vida, le dio un sopapo de realidad al mundo, que hasta ese momento veía al peregrinar sirio que huye de la guerra como un tuit más. Ahora la preocupación caló hondo y, por suerte, las manos para darles socorro comienzan a surgir. Incluso San Luis está dispuesto a abrazar a esas familias árabes que escapan del horror.
Las fundaciones Fisal y Quántica aceleran gestiones ante la Dirección Nacional de Migraciones y la Organización de Naciones Unidas (ONU). La idea es facilitar el acceso a la provincia de aquellos refugiados que logren llegar a la Argentina. Hoy está vigente el "Programa Siria" que coordina Migraciones y que consiste en una visa que permite una residencia temporaria para luego solicitar el permiso permanente.
Samir Nofal tiene 51 años y es un reconocido médico puntano. Puntano por adopción, de corazón, porque nació en Siria y hace 27 años que vive en San Luis. Hoy sufre por lo que ocurre con sus siete hermanos, quienes residen en Hama, una ciudad industrial y agrícola del centro del país. Al cirujano también lo inquieta mucho lo que padecen sus compatriotas que huyen de las bombas de la guerra.
"Es un buen gesto. Es una respuesta muy solidaria, muy humana la que tienen ambas fundaciones de San Luis. Me parece muy bien que ayuden, toda ayuda es importante. Pero Argentina y también la provincia debe analizar dónde ubicará a esa gente, cómo los atenderá. Son familias que escapan de la guerra pero que buscan trabajo, sustento. Querrán establecerse y son aspectos a revisar y pensar previamente", dijo Nofal con preocupación.
"Los sirios que llegaron a Uruguay se quieren ir del país porque o no tienen trabajo o les pagan muy poco y apenas sobreviven. La experiencia uruguaya fue muy negativa. El presidente Mujica intentó hacer una buena obra, pero ahora esas familias están abandonadas. ¿Qué van a hacer con ellos? Posar en las fotos con los inmigrantes es lindo, salir en las cámaras de televisión también, pero... ¿y ahora? Es un problema de toda Latinoamérica. La ayuda no tiene que ser sólo los primeros meses, no debe decaer. Un refugiado llega al país que le permite entrar muy lastimado, sin trabajo, sin comida, enfermo, en malas condiciones. No puede recibir una ayuda pasajera", añadió.
Raba: "Es una respuesta solidaria"
Los puntanos de origen sirio viven atentos a las noticias internacionales. Siguen con miedo lo que ocurre en Damasco, Alepo y el resto de las ciudades acosadas por ISIS. Julio Raba es un reconocido docente universitario y decano de la Facultad de Química, cuyas raíces están fuertemente ligadas a esa tierra árabe. Tras conocer la intención de las fundaciones sanluiseñas Fisal y Quántica de agilizar gestiones ante la Dirección Nacional de Migraciones y la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que la provincia cobije refugiados, los temores de Raba se mitigaron al menos un poco. "Son noticias alentadoras. Es una respuesta solidaria y muy interesante. Es un gesto muy noble ante tanto dolor", dijo.
"Pero habrá que trabajar mucho para sortear los problemas relacionados al trámite que hay que hacer ante Migraciones y Cancillería para que ingresen al país. Las cuestiones burocráticas son enormes aquí. Además a esa gente, Argentina les debe garantizar asistencia a su llegada y, más tarde, trabajo para que logren su sustento. No es sencillo", declaró.
"Actualmente ellos, cada familia de refugiados, tiene que pasar por un proceso de revisión. Cada país quiere saber quiénes son, sus antecedentes y eso lleva tiempo. Habrá que ver cómo se le da celeridad. Es gente que está muy necesitada, dolida, que llega de una guerra atroz", dijo Raba.
"Para un sirio, Argentina está muy lejos. Hay miles de kilómetros de distancia y aunque desde aquí les manden los pasajes, allá hay ciudades sin aeropuertos. Están tomados por ISIS. Eso complica las cosas. Por eso huyen en balsas y la gente muere en el mar. Lo que rescato de las fundaciones puntanas es su predisposición. Es un gesto que brinda esperanzas", remarcó Raba.
"Allá tengo tíos, muy mayores, muy viejitos. Y mis primos. Viven en Damasco y Alepo, pero por los combates todo quedó destruido y perdí contacto. No hay luz, ni teléfono. ISIS destruyó todo. Espero que estén bien. Ojalá la paz vuelva pronto", manifestó.
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