Todavía no aprendieron que los brindis y el volante no se llevan bien; y aunque no provocaron ningún accidente, la falta les valió una vuelta a casa con un acta de infracción abajo del brazo. Son cuarenta y cinco conductores que desaprobaron el test de alcoholemia que les realizó la Policía y la Municipalidad de San Luis, cuando circulaban por distintas vías de ingreso y salida de la capital durante el fin de semana. Incluso algunos debieron buscar una alternativa de transporte porque los obligaron a dejar el auto.
Los controles en la madrugada llegaron después de que las hermanas Selena y Emilse Caro murieran hace diez días al ser embestidas por un coche que se cruzó de carril y las atropelló cuando iban en moto a trabajar. Y luego de que una multitud de familiares y amigos pidiera el viernes a la noche penas más severas para los choferes alcoholizados, en una marcha por el centro de la ciudad.
Claudio Latini, jefe del área operaciones de la Policía, comentó que colocaron tres puestos que funcionaron de 1 a 3 y de 5 a 8 en la madrugada del viernes, sábado y domingo. Uno estaba al frente de la terminal de ómnibus, otro en la autopista Los Puquios y el tercero en la ruta del Portezuelo, justo al frente de la Intendencia de Juana Koslay. En el primero, participaron oficiales de las comisarías quinta, séptima, 34°, el Comando Radioeléctrico y la Seguridad Bancaria, que registraron los autos que pasaban por distintos tramos de la Aguada de Pueyrredón y al llegar justo a la estación de micros, el personal de Tránsito los paraba para hacerles el examen de alcoholemia. Y si bien en la primera jornada ningún test dio más del 0,5 gramos por litro de sangre, en la segunda hubo siete puntanos que no aprobaron la prueba y en la última, otros nueve.
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