Soledad Pérez y su hijo Ángel, de un año y medio, viajarán por séptima vez en el año a Buenos Aires. Lo harán para que el bebé, que padece mielomeningocele e hidrocefalia, asista a los controles médicos de un equipo especializado del hospital Garrahan. Para poder afrontar algunos de los gastos, Soledad y su familia organizaron una rifa. Los números cuestan $15 y el sorteo será el 12 de septiembre por lotería nacional nocturna. El objetivo es poder costear la medicación, la comida y el traslado de taxis en Buenos Aires. Los pasajes y el hospedaje los cubre el servicio social de la provincia.
“El único que trabaja en nuestra familia es mi marido, y lo que gana se nos va en alquiler y comida. Por eso decidimos dar este paso. Nosotros vamos a tener que seguir viajando por un tiempo más, hasta que los órganos del bebé estén más fuertes. Después de eso los traslados van a ser más espaciados. El trabajo que hacen en el Garrahan es asombroso y tratan a cada niño como si fuera único. Mi único deseo es que Ángel siga teniendo la oportunidad de acceder a estos cuidados”, señaló Soledad.
Para los que deseen colaborar con la compra o con donaciones para la canasta, el número telefónico es 2664-038600.
“Antes de que Ángel llegara, yo y mi marido ya sabíamos que iba a tener las dos afecciones. En cierta manera uno se va preparando. El alta se la dieron al mes y medio, y antes de que cumpliera los 3, ya había tenido más de 4 internaciones. A esa altura la hidrocefalia ya estaba bastante avanzada. Un día lo vio una doctora que viaja desde Buenos Aires para atender en la Maternidad Teresita Baigorria. Ella fue la que me recomendó que lo llevara al Garrahan sin perder tiempo", afirmó.
En su año y medio de vida, Ángel ya visitó este hospital más de 12 veces, de las cuales 6 fueron este año. En la primera visita le colocaron una válvula en la cabeza, para que el líquido cefalorraquídeo no se acumulara. Las demás, han sido controles que monitorean el estado y evolución de su salud. En cada viaje Soledad necesita de la asistencia de su marido o de la abuela del bebé, para que la ayuden a trasladarlo y también para cuidar a Gian, su otro hijo de 3 años al que no puede dejar solo.
“En una de las últimas consultas, descubrieron que tiene la malformación de Arnold Chiari tipo 2 y que además sus riñones tienen un funcionamiento del 50 por ciento. No son noticias buenas, pero el gordito ya ha superado otras cosas”, expuso Soledad y contó que el pequeño sufría de estrabismo y que los doctores le aplicaron un procedimiento nuevo de botox para mejorar su visión.
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