La madrugada del tranquilo lunes se tornó agitada para la empleada de un minimercado, que está en una estación de servicios ubicada en Illía y Chacabuco, en el centro de San Luis.
Cerca de las 2:20 tres muchachos entraron al kiosco de la Esso, pidieron golosinas y en el momento de pagar increparon a la chica. “Dame todo”, le dijo uno de los jóvenes a la empleada y le apuntó con un objeto que mostró bajo la remera. La mujer de 36 años retrocedió asustada y los tres muchachos partieron.
El policía que presta servicio adicional vio, a través de las cámaras de seguridad, todo lo que sucedió en el negocio y salió en busca de los jóvenes, de acuerdo a lo informado por fuentes de la Comisaría Primera.
Los encontró a pocos metros. Caminaban sin apuro por la avenida Illia cuando se acercó a ellos y pidió refuerzos. Un móvil policial que rondaba cerca de la zona llegó de inmediato.
Ante los policías, los muchachos aseguraron que todo había sido “una broma”. Ninguno tenía armas.
Dos de los jóvenes tienen 16 y 17 años, por eso fueron llevados a la Comisaría del Menor. En el ambiente policial aseguran que son conocidos por haber participado en otros robos.
El otro muchacho tiene 22 años y quedó alojado en las celdas de la Comisaría Primera. Ya pasó por las celdas de varias comisarías en otras oportunidades. Dos veces estuvo relacionado con drogas. Además tiene una causa por “robo calificado” que data del 31 de agosto de 2015. Por esa causa, gozaba de libertad condicional.
La empleada de la estación de servicios no hizo la denuncia. Si no hace este trámite formal, el detenido quedaría libre en algunas horas.
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