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Lo enviaron a prisión por drogar y abusar de dos hijas de su ex

Por redacción
| 30 de noviembre de 2016
Cámara Gesell. Aportó una de las pruebas centrales del caso. Foto: Archivo.

Su familia y amigos lo describieron como una excelente persona, trabajador, que demostraba un gran afecto hacia las hijas de su pareja y que no tenía conflictos familiares aparentes. Por eso nadie pudo creer que la madre de las nenas lo denunciara por haber abusado sexualmente de ellas y que, además, lo acusara de haberlas drogado para cometer los ultrajes. Pese al buen concepto del agresor que surgió de las declaraciones tomadas, hubo elementos firmes que llevaron al juez Penal 1 a procesarlo con prisión preventiva el domingo a última hora. Puntualmente, fueron los testimonios de las víctimas en Cámara Gesell y la presencia de un sedante en el examen toxicológico de una de ellas.

 


Federico Guidugli fue procesado por abuso sexual gravemente ultrajante en el caso de la mayor de las víctimas, que tiene 15 años, y por abuso sexual simple en el caso de la menor, que tiene 12; ambos agravados por la relación de convivencia preexistente, ya que la familia vivió bajo el mismo techo hasta dos semanas antes de que estallara el escándalo.

 


El caso se destapó a principios de noviembre, cuando la madre de las niñas acudió a la Justicia para denunciar a su pareja, un empleado bancario de 35 años con quien, además, tiene una hija en común. Las actuaciones iniciaron el 7 u 8 de noviembre y las víctimas fueron entrevistadas en Cámara Gesell dos días después. “La psicóloga dijo que las narraciones eran creíbles y que tenían todos los elementos de un relato válido”, comentó una fuente de la investigación. Pero el abogado Aldo Giuliani, que defiende al acusado, se quejó de que no los dejaron participar de esa prueba e incorporó a una perito de parte para que hiciera otros análisis de esos testimonios. “Esa psicóloga presentó un informe, en el que considera que los relatos no son válidos”, pero el juez Sebastián Cadelago Filippi entendió que sí, dijo el informante.

 


Además hubo otra prueba, casi contundente, que reforzó la versión de la ex de Guidugli. En la muestra de orina de una de las niñas los peritos bioquímicos hallaron rastros de benzodiazepina, una droga que actúa sobre el sistema nervioso con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, amnésicos y miorrelajantes. Casualmente, la benzodiazepina está presente en medicamentos como el Rivotril y el Valium, que el imputado admitió haber tomado como parte de un tratamiento de rehabilitación por consumo de drogas.

 


Guidugli fue detenido por policías de la Comisaría 33ª el 16 de noviembre pasado, en la casa que construía junto a su ex en un terreno en Potrero de los Funes, hogar en el que habrían ocurrido los hechos.

 


Un día después se abstuvo de declarar ante el juez, pero Giuliani ofreció su testimonio en los días de la prórroga de la detención. “Prestó una declaración muy amplia y trató de explicar ciertos hechos, pero hay cosas que no quedaron del todo claras porque se plantearon varias circunstancias anteriores, no precisamente de abuso, pero sí cosas raras, como una posible intoxicación y demás”, explicó la fuente sin abundar en detalles.

 


En ese plazo también se incorporaron varios testimonios, la mayoría favorables al acusado, que ilustraron a Cadelago Filippi sobre cómo era Guidugli con las chicas, con su mujer y con su entorno en general. El perfil que surgió fue el de alguien absolutamente normal, con un matrimonio ideal y una familia bien constituida.

 



Faltan producir pruebas

 


Consultado sobre la causa, el juez Penal 1 dijo que, ante todo, es necesario preservar a las víctimas y que por ello se reserva de dar precisiones del caso. Sí confirmó que consideró a la Cámra Gesell como “una prueba válida e importante” y que hubo “un indicio fuerte de que (Guidugli) podría haber introducido pastillas en la comida o en las bebidas de las nenas, pero no sé realmente con qué fin”.

 


“Falta producir prueba e incorporar pericias importantes, como el examen psicológico al hombre y a la mamá de las nenas. Esto todavía es provisorio, y justamente ése es uno de los puntos que remarqué en el auto de procesamiento; que hay que profundizar en varias cuestiones”, dijo Cadelago Filippi.

 


Además de las pruebas psicológicas al procesado y su ex, falta que las chicas se sometan a una batería de estudios complementarios a la Cámara Gesell  y que las muestras de orina sean enviadas a un laboratorio capaz de identificar el medicamento del que provino la benzodiazepina, un estudio específico que no se hace en San Luis.

 


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