La salud de Julio “El Tiburón” Navarro mejora. Se recupera de los balazos que le minaron la zona pélvica y de las cirugías que tuvieron que practicarle en consecuencia. Pero, mientras su estado físico sale a flote, su situación ante la Justicia se hunde a cada hora. Dado que, de acuerdo con la reconstrucción lograda por los investigadores, él era quien empuñaba el arma de fuego que originó el tiroteo en las oficinas de Lucha Contra el Narcotráfico y se llevó la vida del alférez principal Julio Alexis Pizarro.
El hombre de 30 años ya está en una sala común del policlínico de Villa Mercedes. Superó el posoperatorio sin complicaciones y dejó de respirar con la ayuda de un aparato, informó Adolfo González, el vocero del Ministerio de Salud.
Aunque, en un principio, el interventor de la Unidad Regional II, comisario general (RV) Víctor Videla, había dicho que algunos testimonios indicaban que era “El Tiburón” el que, con una mano en un bolsillo, simulaba portar un arma de fuego, las averiguaciones ahora señalarían lo contrario. Fue Gustavo José Barros, el delincuente que resultó abatido, el que se valió de esa técnica para despertar temor en los policías.
Presumen, por lo tanto, que era Navarro el que blandía la pistola calibre 22. Esos detalles se desprenden de las declaraciones de los testigos y de lo que los investigadores pudieron observar en Rufino Barreiro y Jujuy, en la escena del crimen.
Según la reconstrucción alcanzada hasta el momento, la noche del martes la dupla llegó en una Maverick 150 negra al baldío situado enfrente de la sede policial, en su costado sur. Sobre ese descampado, oscuro y de tierra embadurnada por la lluvia, dejaron la moto tipo cross.


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