De a poco comienza a normalizarse la huelga de hambre en la cárcel

Setenta y cinco internos de la cárcel de San Luis, de los cuales treinta y siete han presentado hábeas corpus, continúan en huelga de hambre, confirmó el director del Servicio Penitenciario Provincial, Ernesto Sáez. Número que baja de a poco ya que anoche eran ochenta y seis quienes protestaban. “Confiamos que con el correr de las horas y días se irá normalizando”, sostuvo el jefe del penal.

Ayer, según informó, el presidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Omar Uría, recibió un informe sobre el reclamo, que comenzó el viernes. Uno de los familiares de presos que ayer a la mañana se manifestaron frente al Poder Judicial aseguró que, en realidad, la protesta por las condiciones de alojamiento y supuestos maltratos comenzó el miércoles pasado, en el Complejo Penitenciario 1, de la Capital.

“Reclaman que mejoren las condiciones en las que viven –le dijo Mariela, hermana de un procesado en huelga, a El Diario–. Están sin agua, les cortan la luz, no tienen inodoros ni lavatorios. En algunas celdas hay hasta cuatro personas, y no están en condiciones para que viva esa cantidad de gente. Hay procesados que están hace un mes y no los pasan (de aislamiento) a los pabellones, justamente porque no hay lugar”.

Por otro lado, otros demandan que su caso tenga sentencia. “Algunos ya llevan dos o tres años, y no les dan fecha de juicio. O se la dan y lo suspenden hasta nuevo aviso”, contó la mujer.

Aseveró, además, que, según lo comentado por sus parientes encerrados, entre el sábado y el domingo dos internos fueron golpeados por los guardias y que, en respuesta, sus compañeros, que los escuchaban gritar, quemaron colchones, para que dejaran de maltratarlos.

 “El fin de semana fueron atendidos internos del Servicio Penitenciario en la guardia. Fueron dados de alta, no requirieron internación”, refirió la directora del Hospital San Luis, María José Zanglá, quien no tenía mayores detalles de las razones por las que fueron trasladados, el cuadro que presentaban. Sí aclaró que el estado de los pacientes no era grave, pues los médicos les permitieron regresar a la cárcel.

“En mi caso, apoyo a mi hermano, que no hace mucho que entró. Pedí para poder llevarle un colchón y una colcha. No me lo permitieron. Por colchón tiene una feta de goma espuma. Y la colcha es un pedazo de trapo”, se quejó Mariela.

A los internos les han hecho los controles, “y están todos bien”, informó Uría.

Sáez dijo que los médicos de guardia del penal les hacen los chequeos cada 48 horas, y no han advertido bajas de peso considerables o alarmantes ni variaciones notables en la presión arterial. Son los parámetros que toman en cuenta. Hoy serán examinados de nuevo.

“No ha habido ninguna alteración en su salud. Se van a atender, en la medida de las posibilidades, los reclamos”,  agregó Uría. Manifestó que estos son, “más que nada, respecto a las condiciones de habitabilidad y de beneficios y, en algunos casos, que son los menos, que sus causas judiciales están demoradas”. Comentó que el director de la Penitenciaría fue a hablar ayer a las dos Cámaras penales, para ver la situación particular de cada uno, y tratar de acelerar los procesos pendientes.

Refirió que, tras dialogar con el procurador general Fernando Estrada, trabajan en la confección de un cronograma de visitas de los representantes de los Ministerios Públicos y los jueces, para la semana que viene. “Es cíclico que diciembre sea un mes complicado”, aseveró. La proximidad de las fiestas de fin de año incide en el ánimo de los internos y potencia la necesidad de repuesta a sus demandas.

Ya con la manifestación en curso, el viernes, el juez Penal en turno, Sebastián Cadelago Filippi, estuvo en la cárcel y mantuvo una audiencia “con catorce internos, algunos de los cuales están a su disposición, y recorrió las instalaciones de la Unidad 2,  para corroborar condiciones de alojamiento”, contó Sáez.