En un nuevo capítulo de la crisis de los refugiados que deambulan por Europa, la Unión Europea (UE) recomendó ayer que sus estados miembros reanuden la devolución de solicitantes de asilo a Grecia a partir de marzo, luego de que esas transferencias fueran frenadas durante cinco años por las pobres condiciones en el endeudado país del sur del continente.
La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, dijo que la medida es un paso necesario hacia el restablecimiento de la política migratoria comunitaria, que casi colapsó en 2015 en el pico de la crisis de refugiados llegados desde Siria e Irak.
La medida ya generó polémica. Amnistía Internacional (AI) dijo que era "escandalosamente hipócrita" imponer una carga adicional a Grecia cuando soportó los mayores problemas resultantes del aluvión de más de 1 millón de migrantes que llegaron a la UE.
El comisario de Inmigración europeo Dimitris Avramopoulos, en conferencia de prensa en Bruselas, señaló que Atenas había hecho "progresos significativos" a la hora de mejorar las condiciones de estancia de los migrantes desde un fallo judicial de 2011, que había suspendido las transferencias a Grecia por las "deterioradas" condiciones de entonces en el país.
El comisario, paradójicamente griego, intentó bajar las críticas al asegurar que sólo "un número muy pequeño de personas" será devuelto a Grecia.
Para que Grecia no asuma una carga suplementaria, sólo se verán afectadas las personas que ingresen de manera irregular a otros países de la UE a través de Grecia desde el 15 de marzo.
Grecia e Italia han sido los principales puntos de entrada para la mayoría de los más de 1,3 millón de migrantes que han ingresado al bloque europeo desde 2015, escapando de guerras o de la pobreza en África, Medio Oriente y Afganistán.
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