La cabeza de Raúl Jacinto Cejas era una bomba de tiempo. Un espacio de su cuerpo que, con el tiempo, había acumulado bronca, impotencia y hasta recelo con un compañero de trabajo. Esos sentimientos oscuros que lo carcomían por dentro estallaron, salieron a la luz, anteayer. De una manera, que definitivamente no pudo manejar. Discutió con ese otro hombre que trabaja con él, en la estancia Don Roberto. Pero cuando las palabras no le fueron suficientes para hacerle entender cuán molesto estaba porque, según él, hacía tiempo en el campo no le pagaban, sacó un facón y apuñaló a ese otro empleado.
Hasta el cierre de esta edición, José Flores continuaba internado en el policlínico regional "Juan Domingo Perón". Pero no porque su vida corriera peligro, sino porque sus heridas aún merecían estar bajo observación y precisaban curaciones, informó una fuente.
El hombre de 50 años sufrió dos cortes en el maxilar y una puñalada en la zona blanda del tórax, debajo del corazón, refirió el oficial principal Rubén Pedernera.
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